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Con motivo de la conmemoración del Día Mundial de los Docentes (5 de octubre), la Campaña Mundial por la Educación (CME) en España – la coalición española liderada por Ayuda en Acción, Educo, Entreculturas, Madre Coraje y Plan International– reivindica que el profesorado es una de las mejores herramientas para combatir los discursos de odio, pero no lo puede hacer en solitario.
El acoso escolar es la causa a la que se une Grupo Siglo XXI este mes de septiembre. Este problema, es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las instituciones educativas en España. Aunque las escuelas no generan el problema del acoso, sí lo replican al formar parte de un sistema que reproduce las dinámicas sociales. Las instituciones educativas tienen una gran responsabilidad en la prevención y gestión del acoso, tarea que presenta importantes desafíos.
La inclusión en las aulas sigue siendo un desafío clave en la educación moderna. Durante el curso 2022-2023, un total de 966.924 alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo recibieron algún tipo de refuerzo, según datos del Ministerio de Educación, lo que representa el 12% del alumnado en España. De ellos, el 27,2% requería apoyo por discapacidades o trastornos graves, mientras que el resto presentaba otras necesidades educativas específicas.
En un mundo cada vez más digitalizado, la tecnología ha encontrado su camino en todos los aspectos de la vida cotidiana, y la educación no es una excepción. Las aulas del siglo XXI están experimentando una transformación significativa con la incorporación de dispositivos tecnológicos como tablets, que están redefiniendo la manera en que los estudiantes aprenden y los profesores enseñan.
La Campaña Mundial por la Educación (CME), coalición liderada en España por las organizaciones Ayuda en Acción, Educo, Entreculturas y Plan International, ha decidido dedicar su 21ª Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) a combatir la proliferación de discursos de odio en las aulas. Para ello, entre el 22 y el 28 de abril, más de 1000 alumnos y alumnas de ocho Comunidades Autónomas se movilizarán en diferentes acciones de calle.
Parece que algo terrible está pasando en las aulas españolas. No es raro toparse con el apocalipsis educativo en tertulias o artículos varios, como, por ejemplo, el de Ana Iris Simón titulado “Lo progresista es dar dos pasos atrás”, publicado en El País el pasado 9 de diciembre. Argumentaba la escritora que la ruina de la educación española se asienta en las líneas pedagógicas innovadoras que últimamente pueblan las aulas.
Publicaba El Mundo (27 de octubre de 2023) un reportaje revelando que “tras décadas de fe ciega en la tecnología, los expertos en educación dan marcha atrás y redescubren la importancia del aula, la memorización, la caligrafía y los libros en papel: En los próximos años vamos a asistir a una ola de desdigitalización masiva".
En este siglo de grandes cambios tecnológicos nos encontramos ante retos en los diferentes niveles de la educación que modifican las formas de aprendizaje, por eso los docentes tienen la responsabilidad de constantemente actualizarse, ampliar los planes de estudio y modernizar la experiencia en las aulas.
Si un espectáculo hermoso se ha podido presenciar en estos días, ha sido el de la vuelta al colegio de nuestros niños. Bastaba con aproximarse a la puerta de cualquier colegio y contemplar la llegada de nuestros ángeles —sí, nuestros, no del Estado— con sus mochilas a la espalda. Algunas abultaban casi más que sus diminutas figuras, con sus falditas o pantalones cortos, cogidos de la mano de sus padres o abuelos.
Muchos padres y profesores afirman sentir que no cuentan con las herramientas necesarias para poder abordarlo adecuadamente, sobre todo en los casos de ciberacoso. Este último, según los expertos, conforma una de las mayores preocupaciones de la sociedad actual, ya que los jóvenes tienden a abusar de las nuevas tecnologías, por lo que la problemática no cesa en el colegio, sino que continúa sin límite alguno fuera de las aulas.
Los efectos de la crisis económica que vivimos en esta última década, y la entrada inesperada en una crisis tan profunda como la que estamos viviendo, hacen poner en valor la importancia de la formación para superar estos períodos de recesión.
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