Con motivo del 10º aniversario de RECURRA-GINSO, un programa que ofrece apoyo a las familias en situación de conflicto con sus hijos e hijas adolescentes, y en el marco de su campaña Una mente sana empieza en la infancia, sus expertos han reflexionado acerca del acoso escolar, concluyendo que muchos padres y profesores afirman sentir que no cuentan con las herramientas necesarias para poder abordarlo adecuadamente, sobre todo en los casos de ciberacoso. Este último, según los expertos del programa, conforma una de las mayores preocupaciones de la sociedad actual, ya que los jóvenes tienden a abusar de las nuevas tecnologías, por lo que la problemática no cesa en el colegio, sino que continúa sin límite alguno fuera de las aulas.
Para hacer frente al ciberacoso primero hay que saber identificarlo
El ciberacoso ha aumentado a lo largo de los años y en especial, a raíz del confinamiento. Por ese motivo, los padres deben prestar especial atención a sus hijos durante las vacaciones para identificar el problema lo antes posible y acudir a un profesional de la psicología si fuera necesario. “En el escenario del ciberacoso, las consecuencias emocionales, psicológicas y sociales también son mayores, afectando a su autoestima y sensación de desamparo, sobre todo, si no les confían la situación a sus adultos de confianza, que son quienes mejor pueden ayudarles”, advierte Cristina Arana, psicóloga de RECURRA-GINSO especializada en prevención y asesora de Generación Convive.
Según los expertos, para identificar si nuestros hijos están siendo víctimas de ciberacoso, es importante observar su comportamiento. “Debemos estar atentos a si se dan cambios de humor significativos, disminuyen su rendimiento académico, cambian de amistades, evitan espacios de socialización o incluso abandonan aficiones que antes eran muy importantes”, apunta Arana. Una vez que detectamos que nuestro hijo o hija sufre ciberacoso, lo primero es bloquear al otro usuario y denunciarlo. “Si ocurre en el periodo vacacional también hay que informar al colegio; se puede hacer a través de un correo electrónico con el fin de solicitar una reunión y que se tomen las medidas oportunas al volver a las clases. El compromiso del colegio para detener el ciberacoso y proteger a la víctima es esencial”, añade.
Por otra parte, es fundamental enseñarles a utilizar las redes de manera responsable. “Es importante pasar tiempo con ellos delante de las pantallas para saber qué páginas visitan, cómo se comportan en las relaciones en línea y a quién siguen en las redes sociales”, señala Arana. Además, una buena comunicación es clave para conocer a nuestros hijos y prevenir este conflicto. “De esta manera, podemos enfocarnos en la prevención, tratando los temas antes de que ocurran de una manera fluida y natural, como las bromas pesadas o que no nos hacen sentir bien. Así, preguntándoles y escuchando cómo se sienten y cómo actuarían, podemos detectar situaciones de ciberacoso en las que pueden estar inmersos como espectador, víctima o acosador”, señala Arana.
El papel de los padres en la educación y el desarrollo integral, clave para la prevención
Muchos padres y docentes atraviesan ciertos obstáculos a la hora de prevenir, detectar y afrontar una situación de acoso escolar. “Los profesores nos comentan estas dificultades en las formaciones de prevención y afrontamiento del acoso escolar que impartimos a través de nuestro programa Generación Convive. Ayudamos a resolver estas dificultades con dinámicas de ‘role-playing’ en las que interpretamos situaciones reales con el objetivo de que las detecten con mayor agilidad y las afronten de manera más eficiente y cuidadosa”, cuenta Arana.
También han detectado que los padres de los agresores tienden a negar el comportamiento de sus hijos. En este sentido, recomiendan trabajar la empatía del agresor y transmitirle que sus acciones son inaceptables y causan daño: “No se trata de etiquetar a nadie, pero sí de corregir las conductas violentas y de ser muy claros con que no se van a tolerar. Lo más importante es instaurar nuevos hábitos a la hora de relacionarse, para lo cual se requiere un compromiso personal por parte del menor”, aclara Arana.
Con el fin de aportar solución a la problemática presentada, el programa Generación Convive se encuentra orientado a educar en la convivencia pacífica, la no violencia y la resolución colaborativa de los conflictos. Con la doble intención de acercarse al mundo de los adolescentes a través del lenguaje digital y de ser un referente en netiqueta y ciberseguridad, Generación Convive se realiza a través de una moderna plataforma digital, a la que acceden alumnos, tutores, padres y personal no docente. “La formación ha de ser global: dirigida al profesorado para que sepa transmitir a su alumnado la importancia de la educación digital, a los niños, niñas y adolescentes para que aprendan a utilizar internet de forma responsable, y a los padres y madres, para que sepan cómo acompañar a sus hijos en la red”, explica la experta.
La mejor manera de prevenir el acoso escolar es mediante una educación basada en valores e inteligencia emocional, desde casa y la escuela. “Debemos fomentar el valor del respeto, enseñar a convivir con el ejemplo y fomentar la educación emocional, haciendo especial hincapié en la sana autoestima, la resiliencia y la empatía”, aconseja Arana.
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