Según se acerca la Semana Santa, en casi toda España comienza ya a oler a cera y torrijas. Devotos y curiosos, profanos y creyentes, fieles o no a las procesiones, pasos y demás parafernalia se preguntan ¿dónde se pueden ver las mejores? Iniciamos un recorrido por las 12 más extraordinarias que se pueden contemplar a lo largo y ancho de la geografía nacional. Espectáculos, en sí, que mezclan mística, devoción y sobriedad con saetas, tambores y trompetas. La liturgia invade pueblos y ciudades.

Zamora, una de las ciudades que se distingue por ser una de las que tienen un mayor número de cofradías, acoge la procesión de Jesús Yacente la noche del Jueves Santo, un paso que data de la primera mitad del siglo XVI y que transita por las calles de la villa entre el sepulcral y estremecedor silencio interrumpido por los secos golpes en el suelo de los hachones de los cofrades.
Durante la tarde del Viernes Santo en Valladolid todas las cofradías de la capital castellano-leonesa sacan sus pasos, que suman un total de 33, en la procesión de la Sagrada Pasión del Redentor en un ambiente sobrio y austero aunque roto por el sonido de las dulzainas y tambores.

Cristo de Medinaceli - Madrid
En Madrid tiene lugar una de las procesiones más multitudinarias, la del Cristo de Medinaceli, la imagen más venerada en la capital que todos los viernes santos recorre el centro de la ciudad, escoltado por sus cofrades ataviados con túnica morada, guantes blancos y cordón amarillo.
En la provincia de Teruel, concretamente en Calanda, durante el Viernes Santo, se celebra la más ruidosa de todas las procesiones, la Rompida de la Hora de Calanda. A partir de las 12 del mediodía el estruendo de centenares de tambores resuenan al unísono y su origen se remonta a los inicios del siglo XII.
La procesión de las Turbas en Cuenca sale cada madrugada de Viernes Santo por sus estrechas calles, entremezclándose el bullicio de los asistentes con la devoción de los cofrades, todo ello aderezado por el sonido de trompetas y clarines que interpretan diversas piezas.
Mientras, en Toledo se puede presenciar la procesión del Cristo Redentor por las angostas rúas de la ciudad de las tres culturas. Acontece todos los miércoles santos y el escenario es el barrio de la Judería por el que desfilan dos centenares de Caballeros Penitentes en absoluto y respetuoso silencio.

El 'Empalao' - Valverde de la Vera
En Valverde de la Vera, en la provincia de Cáceres, sucede una de las procesiones más icónicas de la Semana Santa, la de Los “Empalaos”, un personaje anónimo que recorre descalzo las calles de la villa extremeña la noche del Jueves al Viernes Santo y sobre sus castigados hombros carga con una cruz de madera que se amarra a su cuerpo con una soga de esparto, representando el calvario de Jesucristo.
Elche abre las procesiones de Semana Santa con la de Las Palmas el Domingo de Ramos, procesionando cada año una cofradía diferente que porta el paso de Jesus Triunfante, mientras que miles de personas llevan palmas blancas. tejidas y entrelazadas formando diversos motivos ornamentales.
Los Salzillos de Murcia se manifiestan en procesión la mañana del Viernes Santo. Todas las imágenes, un total de diez pasos, fueron talladas durante el siglo XVIII por el escultor murciano Francisco Salzillo, que da nombre a la propia procesión. Y precisamente el atractivo de la misma es, sin duda, la calidad artística de las obras.

La Esperanza de Triana
Pero quizá la que porta la fama de ser la madre de todas las procesiones es la de la “Madrugá” de Sevilla, pero que en realidad son varias, ya que desfilan aproximadamente 50.000 cofrades durante la noche del Jueves al Viernes Santo con los pasos del Jesús del Gran Poder, la Macarena, el Cristo de los Gitanos o la Esperanza de Triana. Un espectáculo multitudinario engalanado con las saetas entonadas desde las balconadas.
En la vecina Granada la noche del Miércoles Santo tiene lugar la procesión de los Gitanos que transcurre por la colina del barrio de Sacromonte, abriéndose paso entre saetas y hogueras que sonorizan y alumbran tan hermoso desfile. De fondo, la iluminada Alhambra adorna el paso del Cristo del Consuelo y la María Santísima del Sacromonte.
Y, por último, en Málaga los legionarios se encargan de portar el Cristo de la Buena Muerte en el mediodía del Jueves Santo llevando a hombros la talla de madera. Desde el puerto hasta la plaza de Fray Alonso de Santo Tomás recorre las calles del casco histórico malagueño.

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