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La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) alerta de que si los agricultores de regadío dejan de tener la posibilidad de contratar 2 potencias eléctricas al año se lastrará la modernización de los sistemas de riego. Una advertencia que realizan a la vista de que la prórroga del esquema de flexibilización temporal concluye el próximo 30 de junio.
Soy hija de agricultor, decía la profesora con cara de circunstancias. ¡Y yo!, decía una segunda. ¡Y yo!, decía una tercera. ¡Yo he sembrado patatas!, volvía a la carga la primera. ¡Y yo he ido a la vendimia y también a sembrar!, se armaba de valor levantando la voz la segunda. ¡Y yo he ido a la aceituna!, constataba con sus recuerdos y nostálgica pena la tercera. Y coincidían en que los agricultores y agricultoras llevaban razón para manifestarse, había que apoyarlos.
Si no dejamos que la hojarasca nos tape las raíces profundas de la vida, de esa vida nuestra que es vida individualmente social, sentiremos que alguien tan antiguo y tan presente como san Isidro Labrador -sean cuales sean nuestras creencias y nuestra ideología- nos habla, todavía hoy, de las necesidades de la gente trabajadora del campo, de la lucha contra la sequía, y de los principios que practicamos día a día.
Hay que mentar la bicha del campo español -siempre y a todas horas, en las declaraciones y en las manifestaciones- para unir todas las energías populares contra los saqueadores de nuestros recursos agrícolas y ganaderos. La producción agrícola y ganadera se la apropian los oligopolios de la industria y de la distribución agroalimentaria -españoles y principalmente extranjeros- imponiendo precios en origen por debajo de los costes de producción. Esa es la bicha.
La coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG) advierte que el cambio climático hace que el campo español pierda cada año 550 millones de euros, el 6% del valor de la producción, según un estudio publicado por la patronal agrícola bajo el título ‘Empieza la cuenta atrás. Impactos del cambio climático en la agricultura española’, que indica que “décadas de emisiones de gases de efecto invernadero han hecho que los efectos del cambio climático sean ya visibles”.
Reconozco que siempre he sentido admiración por esa gente, ya sean hombres o mujeres, entregadas a la noble tarea del campo o de la ganadería, porque en medio de la vida inagotable de sensaciones y manifestaciones de las plantas y animales, van adquiriendo la cátedra viviente, que es la que en realidad nos pone en relación con la providente poética creativa.
Pero son ellas, las mágicas mujeres que mueven el mundo, alimentándolo.Hoy, me he puesto en su lugar, y sé de su gran valor y su lucha contra la belleza en el ejercicio de sus tareas.
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