La coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG) advirtió este lunes que el cambio climático hace que el campo español pierda cada año 550 millones de euros, el 6% del valor de la producción. Así se refleja en un estudio publicado este lunes por la patronal agrícola bajo el título ‘Empieza la cuenta atrás. Impactos del cambio climático en la agricultura española’, que indica que “décadas de emisiones de gases de efecto invernadero han hecho que los efectos del cambio climático sean ya visibles”.
El responsable del departamento de riesgos agrarios de COAG y autor del estudio, Pablo Resco, recordó durante la presentación que se prevé que la temperatura media global aumente entre 1,5 y 2ºC para mediados de siglo.
Así, COAG apuntó que el sector agroalimentario “sería de los más perjudicados por su elevada dependencia del clima”. En concreto, el estudio concluye que el calentamiento global en 1,5 grados se traduciría “en una bajada apreciable de los rendimientos y de la calidad de la producción en las zonas actuales de cultivo, pero más especialmente en las zonas más calurosas y áridas del sur peninsular”.
Así, estima que se podría llegar a perder más un 10% de la superficie más apta para los vinos de calidad en toda España y un 80% de la superficie de variedades de olivo como hojiblanca o manzanilla en Andalucía; o que podrían llegar a bajar en torno al 8% los rendimientos del trigo en España.
Por otro lado, con un incremento de 2 grados, el informe señala que “los daños podrían ser muy graves y podrían peligrar las dehesas de encina en la parte occidental de Andalucía o Extremadura; podría llegar a descender más de un 15% el rendimiento de cereales como el trigo en algunas regiones; la superficie de viñedo de alta calidad podría reducirse en un 20%; y en el caso del olivar, únicamente la variedad picual podría mantener los rendimientos en secano en las zonas interiores de cultivo”.
Otra conclusión del informe es que las mayores pérdidas estaría asociadas al incremento del estrés hídrico en los cultivos debido al aumento de la evapotranspiración, por el aumento de las temperaturas, y al descenso de las precipitaciones. Este descenso, explica COAG, iría acompañado de una mayor frecuencia de sequías, hasta 5 y 10 veces más alta si se superan los 1,5 o 2°C.
Además, “las lluvias serían más intensas, lo que generaría erosión, y se concentrarían en épocas como el otoño, por lo que el agua sería menos aprovechable por los cultivos”. “Estos daños se podrían incrementar aún más por la mayor incidencia de plagas y enfermedades, que en el caso del trigo podría llegar a aumentar en un 60% las pérdidas actuales con un incremento de 2°C, pero sobre todo por el conjunto de adversidades climáticas”, añadió.
Por ello, el responsable de acción sindical de COAG, Andoni García, defendió que “tomar acción hoy de forma urgente con el objetivo de mantener el calentamiento por debajo de los 1,5 grados, es más eficiente y menos costoso”. “La prevención del cambio climático, por tanto, no sólo nos ayudará a proteger nuestra agricultura y economía, sino que también hará que un eterno verano no seque nuestra gastronomía, tradiciones, cultura e identidad”, añadió.
Por su parte, Resco subrayó que “aunque existen medidas de adaptación que podrían amortiguar parte del impacto, éstas tienen una capacidad limitada que podría verse sobrepasada si no hay una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global y en todos los sectores”.
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