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Hay una mancha en nuestra percepción colectiva, que hemos de clarificar cada cual consigo mismo, a fin de alcanzar el sentido de responsabilidad que pesa sobre la humanidad. Nadie puede hoy en el mundo ignorar el volcán de sufrimientos que se desparraman por los rincones vivientes. El acceso a nuestra propia subsistencia es cada vez más preocupante.
Cada día lo tengo más claro. Hay que ser consecuentes y promover una cultura que active lo armónico. Como el aire que respiramos, también necesitamos ese cultivo luminoso, que promueva con amor y conciencia, el acercamiento conciliador entre análogos. Tenemos que reconciliarnos, huir de las contiendas, generar atmosferas más auténticas, clarificarnos por dentro y por fuera.
Con los grandes proyectos frenados por la crisis económica y la falta de infraestructura, Argentina parece ver un camino alternativo hacia una mayor sostenibilidad de su matriz energética en los pequeños emprendimientos de energía renovable, promovidos por industrias, comercios y usuarios particulares sensibilizados por la cuestión ambiental.
La historia hablará y, cuando la escuchemos, lloraremos al contemplar los nuevos ricos, las nuevas élites, las mismas coordenadas... sólo han cambiado los pobres, los parados, los desubicados, los engañados... La historia siempre habla y la desgracia que envuelve al pueblo llano, calla, calla y calla.
Era una madrugada, casi aparecía la aurora ante formidable devoción lejana que vibra, place, y, se apagó la radio, una voz melodiosa que sonaba y sonaba llevándose una historia irreparable, no remedada.
Los que hemos vivido, sufrido y odiado el dolor que han causado a España las personas más inhumanas y depravadas de nuestra Democracia como son los miembros de la banda terrorista ETA, nos cuesta mucho asimilar y comprender la fría actitud y sobretodo el maridaje de Pedro Sánchez con quienes asesinaban a sangre fría a compañeros suyos de partido.
La actual generación de este mundo cambiante, deberá hacer memoria para tomar conciencia de los caminos recorridos por nuestros predecesores, y orientar sus pasos sin resentimiento hacia horizontes más libres y armónicos. Para conseguir este cambio de actitudes renovadoras, ya no sólo se exige esfuerzo y tesón por parte de todos los moradores del planeta, también se requiere otro espíritu más conciliador y clemente con el análogo.
Necesitamos trascender, sentirnos en movimiento, confluir sendas, reencontrar espacios, peregrinar por este mundo que es de todos y de nadie en particular, sentirnos libres, renovarnos de aires, hallarnos reunidos en ese andar espiritual y físico. Nunca es tarde para el retorno al verso, para peregrinar por la vida de otra manera más auténtica.
Está visto que la unidad y la unión es el gran recurso para construir la concordia, de la que estamos tan necesitados. El auténtico diálogo entre culturas diversas, no siempre fermentado en la verdad, consta de la mejor táctica de certeza hacia el camino de la paz. No lo olvidemos y hagámoslo presencia cada amanecer.
La Iglesia para conceder “indulgencia plenaria” impone tres condiciones: Confesión sacramental, Comunión eucarística y Rezar por las intenciones del Santo Padre.
Hay infinidad de trechos repartidos entre los pensamientos que a uno le sobrevienen a lo largo de su existencia; ni el propio protagonista consigue eliminarlos, porque las ideas vuelan con rumbos imprevistos y la ilación se pierde con frecuencia. Pues bien, a la hora de expresarlos no menguan los problemas, se incrementan; es complicado eso de saber decir aquello que pensamos aplicado a cada ocasión.
Necesitamos, pues, de otras estéticas para ahuyentar las miserias y poder tolerarnos. Ciertamente, la tolerancia de uno mismo ayuda a disculpar los defectos y también a hacer nuevos propósitos de obediencia y consideración, que tanto escasea entre nosotros. En todo tenemos que tomar una mayor cognición que, sin duda, permitirá poner remedio a tantos males que nos sobrecogen a diario.
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