| ||||||||||||||||||||||
El 12 de octubre de 1492 es una de las fechas más importantes y controvertidas de la historia. Mientras en España se le considera el día de la hispanidad (pues, a partir de entonces, el español se internacionalizó hasta convertirse en la mayor lengua materna del mundo fuera del chino) diversos gobiernos o movimientos izquierdistas sur y centro americanos lo conmemoran como el día de la resistencia indígena.
A veces olvidamos la realidad de los hechos históricos, dejando solapados a sus principales protagonistas. Es el caso de don Luis de Santángel, escribano de ración de la Corona de Aragón, y el auténtico personaje que deberíamos recordar, ya qué gracias a su préstamo, la empresa del almirante don Cristóbal Colón, pudo llevarse a cabo.
¿De quién hablo? De Manuel López obrador, actual presidente de Méjico. Pero considero importante que refiramos antes algo del linaje de este hombre. Es nieto de españoles. Su abuelo José Obrador nació en el pueblo cántabro de Ampuero. Hijo del guardia civil mallorquín Esteban Obrador Mayol, destinado a la antedicha localidad; con más necesidad que conocimientos siendo aún un mozalbete, tenía 17 años, abandonó la Casa cuartel para “hacer las américas”.
La documentada obra mantiene en todo momento un pulso narrativo casi febril. El libro está dedicado a la memoria de otro gran explorador, Miguel de la Quadra-Salcedo, y cuenta con una estupenda portada del pintor Augusto Ferrer-Dalmau, que refleja toda la soledad, casi ontológica, de uno de los forjadores de nuestra historia en América.
El 8 de noviembre de 1519 las tropas españolas y las de sus aliados nativos fueron recibidas en Tenochtitlán, la urbe más grande que había en las Américas que luego sería la actual Ciudad de México.
|