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La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático —la COP29 o vigesimonovena “Conferencia de las Partes”— se ha celebrado este año en Azerbaiyán, un pequeño y autoritario petro-Estado enclavado entre Rusia e Irán y situado a orillas del mar Caspio.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha lanzado la iniciativa Generación COP29 para integrar la voz de los jóvenes en el proceso internacional de lucha contra el cambio climático, con la que seleccionará a varios de ellos para formar parte de la delegación nacional que acudirá a la Cumbre del Clima de este año, que se celebrará del 11 al 22 de noviembre en Bakú (Azerbaiyán).
La paradoja o aporía sería "una idea, hecho o proposición que contradice la lógica o infringe el sentido común" y la más conocida sería la paradoja de Zenón de Elea, conocida como "Aquiles y la tortuga". La tesis central de dicha aporía sería que "Aquiles puede correr más rápido de lo que avanza la tortuga pero no puede atraparla, porque cuando llega al punto en el que ella estaba antes, ya se ha movido".
En el 2024 asistiremos a la intensificación de la crisis climática que conllevará inusuales olas de calor, sequías e inundaciones. Así, según un informe interinstitucional coordinado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), "el planeta está muy lejos de alcanzar sus objetivos climáticos y esta situación socava las iniciativas mundiales encaminadas a combatir el hambre, la pobreza y los problemas de salud, mejorar el acceso al agua limpia, etc.".
El Ojo de Dubái –”Ain Dubai”, en árabe– se promociona como la noria más grande del mundo. Esta rueda de la fortuna, de 250 metros de altura, domina la isla artificial en la que se asienta. El gigantesco Ojo, que nunca parpadea, tiene fija su mirada en el paseo marítimo de Dubái, sus imponentes hoteles de lujo y su puerto deportivo repleto de yates de propiedad extranjera.
La decisión de “alejarse de los combustibles fósiles”, adoptada esta semana como consenso final por los casi 200 países congregados en la cumbre climática de Dubái, la COP28, constituyó para la causa del ecologismo latinoamericano una victoria con contenido y alcance insuficientes.
Los pueblos del Pacífico viven en un nexo único entre los océanos, el clima y los sistemas alimentarios. La interacción entre el clima y los océanos está elevando la temperatura del mar y amenazando hábitats y recursos vitales para el sustento de la región.
Diversas organizaciones juveniles y ecologistas se han reunido en Guadarrama (Madrid) para celebrar una Conferencia de Juventud de Cambio Climático. Exigen al gobierno de España que, en la COP 28 que se celebrará en Dubái, apueste por la eliminación progresiva de los combustibles fósiles antes de 2050 y más financiación climática para los países en desarrollo.
Los países ricos deben cumplir con sus promesas financieras ante la crisis climática e invertir más recursos en energías limpias en los países en desarrollo, según plantearon los gobernantes reunidos en la Cumbre Africana sobre el Clima, que concluyó esta semana con la “Declaración de Nairobi”.
Las palabras del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, no podrían haber sido más crudas: “Estamos librando una guerra contra la naturaleza. Los ecosistemas se han convertido en juguetes para obtener ganancias. La actividad humana está devastando bosques, selvas, tierras de cultivo, océanos, ríos, mares y lagos que alguna vez fueron prósperos..."
Tras dos semanas de deliberaciones, ha concluido en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheikh la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2022. Esta cumbre es un tratado en constante evolución que nunca se ha llegado a negociar completamente y que, se espera, garantizará algún día que todos los países reduzcan rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los pueblos indígenas ya no se conforman con estar presentes y ser vistos como víctimas de los impactos del modelo de desarrollo en la 27 Conferencia de las Partes (COP27) sobre Cambio Climático. Por eso vinieron a la cumbre en Egipto con una agenda propia, que incluye la exigencia de que sus comunidades reciban directamente financiamiento para la acción climática.
Delegados de los países que integran las Naciones Unidas se encuentran reunidos en Sharm El Sheikh, un exclusivo balneario egipcio situado en la costa del mar Rojo, para sostener dos semanas de negociaciones en busca de un consenso para abordar la crisis del cambio climático.
El planeta se dirige a un calentamiento de 2,4 grados a finales de este siglo con la actualización de los planes climáticos nacionales, porque pocos países han aumentado este año sus objetivos climáticos para 2030 y han realizado nuevos compromisos de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero.
Está en marcha la XXVII cumbre contra el cambio climático en Egipto. Se trata del más importante encuentro de lìderes mundiales que se va a dar antes de acabar el 2022. En la anterior de Glasgow (Reino Unido) estuvimos esperando la presencia del nuevo Presidente Pedro Castillo o de su vicepresidenta Dina Boluarte. Seguramente ninguno vino pues andaban muy ocupados con las amenazas golpistas.
Lo que ha expresado en la cumbre del clima que se está celebrando estos días en Egipto el Secretario General de la ONU Guterres pone de manifiesto, que afrontamos ya una situación insostenible. Vamos, en efecto, de cabeza, como dice, a un infierno climático. Estamos avanzando a pasos rápidos y agigantados a una situación de no retorno o irreversible.
Del 6 al 18 de noviembre se realiza la COP 27, la XXViI Cumbre Contra el Cambio Climático, la cual desde 1995 viene organizando las Naciones Unidas cada año. Su Secretario General, António Guteres, dijo que estamos a medio camino del infierno ecológico.
Las negociaciones terminaron con la aprobación de un documento denominado “Pacto Climático de Glasgow”, que muchos activistas contra el cambio climático califican de fracaso. Asad Rehman, miembro del movimiento COP26 Coalition, dijo a Democracy Now!: “El acuerdo debería haberse denominado 'Pacto suicida de Glasgow' para los más pobres del mundo".
En Glasgow, los lobistas de la industria de los combustibles fósiles están pululando como enjambres de langostas en la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático de 2021, conocida como COP26. Los resultados de esta conferencia, que ha sido descrita como “la última y mejor esperanza” para el clima, están lejos de ser suficientes para evitar una catástrofe climática irreversible.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, llamó a los países con mayores capacidades a aumentar la financiación a las naciones y colectivos vulnerables que más sufren los impactos de la crisis climática. Ha realizado esta consideración en una declaración difundida antes del comienzo de la Cumbre del Clima de Glasgow, conocida como COP26
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