Está en marcha la XXVII cumbre contra el cambio climático en Egipto. Se trata del más importante encuentro de lìderes mundiales que se va a dar antes de acabar el 2022.
En la anterior de Glasgow (Reino Unido) estuvimos esperando la presencia del nuevo Presidente Pedro Castillo o de su vicepresidenta Dina Boluarte. Seguramente ninguno vino pues andaban muy ocupados con las amenazas golpistas. Una manera de demostrar lo absurdo y negativo que es el incesante intento antidemocrático de quienes no quieren asimilar su derrota electoral es, justamente, salir a la palestra internacional y demostrar que el único maestro rural electo presidente en el mundo sí es capaz de salir en defensa del ecosistema.
El Perú en 2014 fue la sede de la última de estas cumbres que se haya realizado en Latinoamérica. No es posible que no se le haya dado continuidad a este proceso. El Perú ha debido y debe seguir siendo uno de los puntales contra el cambio climático.
Somos uno de los países con mayor biodiversidad. En nuestra tierra se origina el mayor río y cuenca fluvial del planeta, que está en medio de la cordillera más extensa que hay y que tiene más de 750 mil kms 2 de mar territorial (uno de los más profundos y ricos del planeta).
Hay quienes creen que hace 8 años durante el gobierno de Ollanta Humala se logró atraer con ella la atención del mundo, inversiones y turistas. Sin embargo, lo más importante es preservar el ser un pilar en la preservación del medio ambiente, algo que deben ir manteniendo con más firmeza todos los distintos presidentes.
Castillo es el único hombre del agro que es presidente de una república occidental. Buena parte de su movimiento se ha basado en comunidades y nacionalidades que han sufrido los estragos de la contaminación minera. Durante su gestión, la REPSOL ha hecho el peor ecocidio de la historia de las costas de Lima y Callao. Desde el Pastoruri hasta el resto de nuestros glaciares se van derritiendo aceleradamente. Nuestra Amazonía, sierra y costa están llenas de polución. Puertos como Chimbote y Callao están plagados de contaminación. Nuestros peces, anímales y plantas marinas se han reducido ampliamente.
Castillo debería estar obligado a ser una de las figuras mundiales en la lucha contra el cambio climático. Lula ha entendido eso y por ello va a ir. Hasta los conservadores británicos buscan apoyo interno e internacional convirtiéndose en impulsores de las COP.
Castillo debió haber estado en la anterior COP y ahora debe tratar de venir a esta. Tal vez dirá que es tarde para ello, pero en Londres el primer ministro y el rey decidieron dar un giro de 180 grados hace muy pocos días y asegurar que vendrán.
Se dirá que el Congreso no le ha dejado antes ir al Presidente a Colombia y Europa y que le ha puesto muchos reparos para viajar a Tailandia. Esta es una cumbre más importante para la humanidad y para el futuro de nuestros hijos. Castillo debiera anunciar que piensa ir y solicitar permiso al Congreso. Si el parlamento dilata o no le diera autorización va a quedar mal ante la OEA y ante el mundo.
|