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B y E son iniciales de apellidos de candidatos. No hay posibilidad, parece, de que juntas formen la abreviatura de una unión que es imposible. Por eso ‘be’ es sólo balido, onomatopeya de la voz del carnero, de la oveja o de la cabra. Suave, de animales y humanos, gregarios y sociales. Van seguidas, b-e, siempre en el mismo orden.
Llevamos mucho tiempo en España con unos políticos que no dan la talla. Estamos hartos de sobresaltos. Valen para hacer chistes, insultar al contrario y aventar chascarrillos, pero para nada de provecho. Decía Newman que el cálculo nunca hace al héroe, pero sin saber calcular, el político está desnortado y en la más absoluta perdición.
Reseñado el brete conceptual ‘libertad o socialismo’, cabría entrar en él. Pero, convocadas elecciones en la CAM, parece preferente dedicarse a ellas. En principio, viéndolo como lema de campaña electoral (versiones Libertad con socialismo o comunismo). También con un añadido registrado con formato de pregunta ¿Quién concibió la dupla libertad-socialismo?, que importa por el contenido, previsiones y, sobre todo, por la identidad del autor.
Puede que hayamos entrado en uno de los conflictos que por su complejidad, su forma inesperada de producirse, su evidente trasfondo de ataque al sistema democrático español y su perfidia y oportunismo en cuanto al tiempo y las formas en qué y cómo ha tenido lugar, nos hace barruntar la intervención de alguien que desde hace tiempo se mueve por las cloacas de la Moncloa con una independencia, un descaro, una autonomía y un apoyo decidido del señor Pedro Sánchez que parece que ha encontrado en este sujeto al cerebro gris que precisaba para alcanzar sus objetivos de permanecer el mayor tiempo posible en su poltrona de presidente del gobierno español.
Ayuso,desde su atalaya de la Puerta del Sol en Madrid, se habría convertido en el vivo reflejo de la incongruencia trumpiana que consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional y como en el caso de Trump, sus controvertidas decisiones y manifestaciones rozarían la megalomanía, “entendido como delirio de grandeza que provoca que el individuo se crea dotado de un talento y un poder extraordinarios debido a que las deidades le han elegido para una alta misión” (ser la némesis de Pedro Sánchez ).
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