Para rehuir apriorismos y sentimientos que pueden viciar los conceptos ‘libertad’ y ‘socialismo’, parece oportuno orillar la actividad política del momento (tsunami Ayuso en Madrid y crisis de Gobierno PSOE-UP), para entrar en ellos con la frialdad del diccionario. Libertad: “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos; En los sistemas democráticos, derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas”. Socialismo: “Sistema de organización social y económica basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y distribución de los bienes; movimiento político que intenta establecer, con diversos matices, el socialismo”. En resumen, facultad natural asociada a un derecho superior (libertad); y organización socioeconómica o movimiento político (socialismo). Los dos se refieren al hombre. Como facultad intrínseca y natural humana. Y como movimiento extrínseco y no natural para asociar a hombres.
Son dos conceptos distintos de imposible asociación. Sin embargo, por cambalaches de la historia, los conceptos libertad y socialismo se han sometido a la imposición intelectual de una avenencia interesada que es irrazonable. Por ello, la optativa, por obvia, es inevitable: Libertad o socialismo. No estamos ante la opción del refrán ‘churras o merinas’, referido a clases de un mismo ser (oveja), sino ante una facultad humana que puede relacionarse con situaciones humanas pero no con formas de alterarlas. Libertad o esclavitud, por ejemplo.
Por otra parte, aunque entendido el socialismo con matices como apunta el diccionario, no es razonable elegir uno de esos matices, una parte de ellos o todos para conseguir optativas. En puridad y para lo que nos ocupa, podría ser lógico buscar matices en el socialismo, conocer divergencias y ver cómo ha evolucionado, (acuerdos internacionales, socialdemocracia, segunda y tercera vías…) hasta llegar a la afrenta intelectual de mezclar sus evoluciones con facultades humanas para cometer atropellos tan señalados como la indecencia conceptual ‘socialismo liberal’, o el apaño ‘cohabitación sociocomunista’.
En este ámbito, la optativa ‘Libertad o socialismo’ define la diferencia entre conceptos. Podría ser, es, una discusión filosófica, como la apuntada en el inicio. Pero en este momento sociopolítico, con movimientos a diestra y siniestra, sobre todo a siniestra, es algo más: Lema de campaña electoral para las elecciones autonómicas en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM). Oferta al electorado en democracia (en España y fuera de ella). Uniformidad imposible entre afines al socialismo con los comunistas de Iglesias y la patulea de socialdemócratas torrefactados con Gabilondo. Banderín de enganche y arrastre de liberales y asociados. Y la formulación, delicada y difícil, del pacto y compromiso social de dos opciones que, según el diccionario, son excluyentes.
Reseñado el brete conceptual ‘libertad o socialismo’, cabría entrar en él. Pero, convocadas elecciones en la CAM, parece preferente dedicarse a ellas. En principio, viéndolo como lema de campaña electoral (versiones Libertad con socialismo o comunismo). También con un añadido registrado con formato de pregunta ¿Quién concibió la dupla libertad-socialismo?, que importa por el contenido, previsiones y, sobre todo, por la identidad del autor.
Una autor que altera situaciones, marca programas y contenidos, Y fija las tácticas y estrategias hasta ahora reservadas a los líderes políticos que, aunque no dejan de serlo, se convierten en marionetas en el grupo que lideran. Como consecuencia, la actividad política se despersonaliza. No depende de decisiones personales de líderes sino de gurúes. Y aparece el oficio de ‘decisor’, llámese Iván Redondo (I.R), en el Gobierno de España; o Miguel Ángel Rodríguez (M.A.R.) en el Gobierno de la CAM. Prestos ambos a honores en los aciertos; y a la crítica y responsabilidad de errores (propios o ajenos).
Desde esta óptica, libertad y socialismo tienen una condición especial que sobrepasa concepciones electorales para enseñorear la figura del gurú. En este sentido, estamos ante el lema principal con los añadidos que advertimos. Relegada a la posición imposible que imponen las definiciones del diccionario. Pero con características propias: Desprecio a rigideces conceptuales. Postergación de líderes. Habilitación de la figura de ‘decisor’. Y, a efectos informativos, riña entre los gurúes del momento. Estamos, es lógico, ante el enfrentamiento político de los cabezas de cartel de las formaciones políticas en la CAM: Monasterio, Ayuso, Gabilondo y el recién llegado Iglesias; y ante la lid que en el Gobierno de España tienen Sánchez, Casado, Abascal y Arrimadas. También ante la pelotera profesional Iván Redondo-Miguel Ángel Rodríguez.
Una vez resueltas las Elecciones en la CAM conoceremos los efectos que produzcan, pero esta vez, además del lema electoral, nadie pasará por alto al autor (M.A.R), al que no supo prever el desastre provocado en Murcia (I.R) y el toque de arrebato en los inicios de campaña: Libertad o socialismo.
|