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El actual sistema dominante de las sociedades occidentales utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que conformará una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable, teniendo como efecto colateral la desaparición de la conciencia critica.
Aunque en la política todo es posible y en España e Italia abarca lo más inesperado de lo imposible, basta mirar a la Roma de hoy desde la columna de Trajano –el emperador nacido en Itálica- o de un palco para autoridades laicas del Coliseo romano, para que aquí en España se le abran a uno las carnes a la par que sentir los vítores de Vox y el pataleo del sector más conservador del Partido Popular.
Si nos atenemos a las informaciones y predicciones de los economistas, si la guerra de Ucrania persiste, si los conflictos con China no amainan y si el problema de la energía que afecta a la mayoría de naciones del mundo, no se soluciona puede suceder que haya una situación social.
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