| ||||||||||||||||||||||
Después de la conmoción que las recientes elecciones en Venezuela han producido en el continente americano y también en España, un habitual lector venezolano y amigo, me pidió que escribiera sobre la desgracia y el sufrimiento que supone para su país que el autócrata Nicolás Maduro se haya autoproclamado ganador del reciente proceso electoral, con la complicidad del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Ayer, nuevamente, Venezuela fue testigo y protagonista de un evento electoral que refleja no sólo la crisis económica y social, sino preponderantemente política que atraviesa tan hermosa nación, puesto que se confirmó la imposición del régimen de la erosión continua de las instituciones democráticas bajo el régimen de Nicolás Maduro.
El inefable Tierno Galván llegó a decir quelas promesas en las campañas ante las elecciones eran para no cumplirlas, en estas del día 28 de mayo también se ha prometido el “oro y el moro” (con perdón de los moros), ofrecimientos que sabemos que este Gobierno presidido por Pedro Sánchez no cumplirá.
Mal empieza los mítines el presidente con eso de «compañeros y compañeras». Tal especificación no procede en este caso y, además, es cansino con una fuerte carga de hartazgo. Me enerva cada vez que escucho la estupidez esa de «compañeros y compañeras», «concejales y concejalas» o «vikingos y vikingas», como leo en un libro de texto.
No debe estar muy contento el secretario nacional del partido sanchista oscuro-embaucador con las últimas noticias que salen por los rincones de toda España. Y le está muy bien empleado porque al final todo se sabe, aunque dispongan de la máquina de mentir más poderosa que la Inteligencia Artificial.
Me he quedado con las ganas. Pensé que podría comprar votos para el PSOE de Castilla y León y después revendérselos a Luis Tudanca por un pico. Pero, no. Resulta que Castilla y León es más seria de lo que nos creíamos: en esta tierra no se compran votos en elecciones, si acaso botos camperos, pero de ahí a imitar a la mafia del «Sanchismo» hay un buen tramo.
¡¡Manolo, tú vas a ser Alcalde de Mojácar el próximo 28 de mayo!!, proféticas palabras del inefable Félix Bolaños que, reaparecido después de su mermada salud por los “sucesos” del 2 de Mayo, se ha convertido en un cooperador necesario para la más que previsible derrota electoral de su partido.
Como Sierra Morena, famosa por sus bandoleros de película, hoy tenemos la fronteriza Melilla y la mediterránea Mojácar haciendo pinitos de bandolerismo electoral. Ladronzuelos de poca monta, salvo lo que de trasfondo lleva consigo el “engaño a las urnas democráticas de todo un Estado”.
Pucherazo. Fraude electoral que consiste en alterar el resultado del escrutinio de votos. Fue uno de los métodos usados en el periodo de restauración borbónica para conseguir la alternancia negociada entre Conservadores y Liberales.
Pucherazo, según el diccionario, es el fraude electoral que consiste en alterar el resultado del escrutinio de votos. Es lo que parece ha ocurrido en unas elecciones primarias de Ciudadanos en Valladolid, al elegir candidato para presidir la Junta de Castilla y León.
|