El inefable Tierno Galván llegó a decir quelas promesas en las campañas ante las elecciones eran para no cumplirlas, en estas del día 28 de mayo también se ha prometido el “oro y el moro” (con perdón de los moros), ofrecimientos que sabemos que este Gobierno presidido por Pedro Sánchez no cumplirá, como no ha llevado a cabo ninguno de los compromisos que ha prometido, pues la falacia de este hombre es consustancial en él, pero ha habido no una promesa, sino una recomendación que la ha repetido hasta la saciedad este impresentable Pedro Sánchez y ha sido proponer que se votase por correo. Esta proposición es, si mal no recuerdo, la primera vez que se expone y recomienda en una campaña para las elecciones. ¿Por qué ha tenido tanto interés Pedro en solicitar que se votase de esa forma? ¿A qué venía tanta insistencia? ¿Qué había oculto ante esta aparentemente inocente recomendación? ¿Qué buscaba con ella? Simplemente que los empleados de Correos ya habían recibido órdenes de su jefe supremo, Juan Manuel Serrano, que ha pasado a ser Director de Correos desde el puesto de Jefe de Gabinete de la Comisión Ejecutiva federal del PSOE, para admitir el fraude. La componenda está asegurada. Virgilio en el canto II de la Eneida, ante la engañosa retirada de los dánaos (los griegos) y el caballo que dejan ante las puertas de Troya como si fuese un regalo, dice que el troyano Laocoonte manifestó: Timeo danaos et dona ferentes (Temo a los griegos y más si me hacen una ofrenda). Exactamente igual podemos decir: timeo Petrum oferens dona (temo a Pedro cuando ofrece algo). ¿Por qué? ¿Qué hay que temer? Que este hombre no da puntada sin hilo, no regala “duros a cuatro pesetas”. ¿Qué trampa esconde tras su proposición? Creía que el engaño no se iba a descubrir, por eso aconsejaba insistentemente el voto por correo. El voto presencial es muy difícil que se manipule, y con todo y con eso se puede hacer fraude con él, pero Pedro acaba de demostrarnos los chanchullos que se pueden llevar a cabo con los votos por correo. Pensaría que no se descubriría como ocurrió cuando, detrás de unas cortinas, intentaba falsificar unas elecciones de su partido, que quedó patente su felonía. No Pedro, príncipe de la mentira y del engaño, has sido descubierto, tus encomiendas para votar por correo han “enseñado la patita” y se ha visto que era un oferta engañosa. Tu “caballo de Troya” ha manifestado lo que llevaba dentro de su vientre. Un engaño, pura y simplemente, una trampa. Se han descubierto los pagos efectuados por la compra de votos favorables al PSOE, solo en algunas localidades, pero, en cierta ocasión, oí que un guardia civil, que prestaba servicios en Aduanas, manifestó: “Cuando descubrimos algo de contrabando, nos alegramos, pero a la vez nos entristecemos pensando en los que habrán pasado y no hemos podido descubrir”. Los casos que se han hecho patentes son la punta del iceberg, del que solo aflora un tercio de su volumen, los dos restantes no se podrán descubrir, pero obtendrás muchos, quizá machísimos votos fraudulentos. Solo te falta decir lo que dijo Largo Caballero: "Si no nos permiten conquistar el poder con arreglo a la Constitución, tendremos que conquistarlo de otra manera”. Tú has encontrado la manera, los votos por correo. Por ello, la mejor solución para no consentir este fraude sería anular estas elecciones, viciadas de por sí, y convocar otras, en las que el control fuese más eficaz.
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