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Günter Grass, gracias a su literatura, al sonido perenne de un tambor que retumba con el peso del plomo en la mente, grabará por siempre el frío y el silencio, los muros inolvidables de Auschwitz, que como un impacto en la memoria nos hará tener presente la posibilidad horrenda de repetición de aquel sangriento holocausto.
El film de Matti Geschonneck retrata la denominada ‘Conferencia de Wannsee’, donde los dirigentes nazis formularon los procedimientos y la geopolítica del genocidio judío. En una casona frente al lago Wannsee fueron convocados el 20 de enero de 1942 todos los jerarcas nazis por Reinhard Heydrich. El objetivo: encontrar "La Solución Final a la Cuestión Judía", es decir, el plan de asesinato de 11 millones de judíos en toda Europa. Lo que se convirtió en el Holocausto.
Algo extraño está envenenando la convivencia del ser humano. Algo extraño está cegando la bondad humana. Algo, difícil de comprender, está utilizando “lo recibido gratuitamente”, para exterminar la inocencia, la ilusión, la esperanza, la familia, el futuro… Algo, con nombre y apellido, avanza lentamente, acompañado siempre por el “silencio cobarde” de una sociedad que se apellida así misma “avanzada”.
“¿Por qué nadie me pregunta si en el gueto hubo amor? ¿Por qué a nadie le interesa?” se preguntaba Marek Edelman, el último líder del levantamiento del gueto de Varsovia. Fallecido en 2009, es el protagonista de “Marek Edelman… Y hubo amor en el gueto”, de Jolanta Dylewska. En el documental, el superviviente luchador comenta: “También había belleza en el infierno del gueto. El amor era lo más importante, incluso más que la propia vida.”
El 19 de abril de 1943 se produjo el gran levantamiento de los judíos del gueto de Varsovia. A pesar de que la capital polaca ocupada por los nazis se encontraba totalmente cercada por el ejército hitleriano que dominaba a la mayor parte de Europa.
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