| ||||||||||||||||||||||
Este 15 de enero, cuando faltaban 5 días para que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca, se concretó el acuerdo Israel-Hamás para cesar las hostilidades en Gaza. Mientras los trumpistas se jactan de que este acuerdo se debe a la elección del nuevo presidente, Jose Biden quiere cogerse todo el crédito afirmando que se ha producido un alto al fuego total que podrá devenir en permanente.
Ha llegado el momento de cerrar la cárcel de la base naval estadounidense en la bahía cubana de Guantánamo, donde sigue habiendo hombres detenidos lejos del territorio continental de Estados Unidos, en un infierno extrajudicial. Allí, hombres que han pasado más de 20 años en prisión sin juicio ni cargos en su contra —y cuyas liberaciones ya han sido autorizadas— continúan enjaulados, prácticamente olvidados.
En un comunicado publicado por la Casa Blanca el 1 de diciembre, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció: “Hoy firmé un indulto para mi hijo Hunter. […] Espero que los estadounidenses comprendan por qué un padre y un presidente ha tomado esta decisión”. Hunter Biden aguardaba sentencia tras haber sido condenado por dos delitos de orden federal.
Mientras mucha gente se prepara para enfrentar el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, recordemos que hasta el lunes 20 de enero Joe Biden sigue siendo el presidente de Estados Unidos, con todo el poder que eso confiere. La Constitución del país otorga al presidente la “facultad de conceder indultos y perdones por delitos cometidos contra Estados Unidos”, para paliar, de esa manera, un sistema de justicia penal plagado de fallas.
Donald Trump se convertirá nuevamente en presidente de Estados Unidos el lunes 20 de enero de 2025. Hasta entonces, el presidente Joe Biden seguirá ocupando la Casa Blanca. En un discurso que pronunció el jueves en el Jardín de las Rosas ante su gabinete y su equipo de gobierno, Biden dijo: “Ahora tenemos 74 días para terminar el mandato, nuestro mandato. Hagamos que cada día cuente. Esa es la responsabilidad que tenemos ante el pueblo estadounidense”.
Esta dramatización orquestada por la izquierda demócrata es una patraña. La frase, de Guy Sorman en ABC, retrata una realidad que aparece con la victoria de Donald Trump en las elecciones de EE. UU. Al aviso de patraña le falta una advertencia. El economista y filósofo francés ha unido el término ‘demócrata’, sustantivo o adjetivo, a una izquierda que, a la vista está, no profesa la democracia y la ensucia cuando puede.
Nos permitimos seguir votando en las elecciones presidenciales de Estados Unidos -ya que la superpotencia lleva décadas votando en nuestras elecciones- dando continuidad al primer artículo que titulamos ‘Trump y Harris contra los pueblos del mundo’. Ustedes se dirían que quizás el pueblo estadounidense podría beneficiarse en su mayoría con uno u otro resultado.
Aunque en todo hay ideología, hay que intentar liberarse de ella a ratos. Un mundo en el que hay que escoger entre A y B significa que de antemano se ha excluido a C (posible antítesis de A y de B. ¿Cómo un socialista consecuente, por ejemplo, va a estar a favor de la política de Biden?) y lo que siga. En realidad, difícilmente podremos estar a favor de A o de B cuando sabemos que sus programas son intercambiables según (les) convenga.
El presidente Joe Biden ha sorprendido al mundo político cuando este domingo 21 de julio anunciaba que ponía fin a su campaña por la reelección a la presidencia del país. Esta decisión, marca un hito significativo en la política estadounidense. En un giro inesperado, Biden no solo ha dado un paso al lado, sino que también ha expresado quién, en su opinión, debería tomar las riendas del Partido Demócrata y aspirar a la presidencia: la actual vicepresidenta Kamala Harris.
Según la Oficina del Censo de EEUU, hacia el 2043 los blancos dejarán de ser la mayoría de la población estadounidense y serán desplazados por la suma de la población hispana que aumentaría de 53,3 millones en la actualidad a 128,8 millones en 2060 y la afroamericana, que pasaría los 41,2 millones actuales a los 61,8 millones previstos por las proyecciones.
Hay tres enemigos que ya están votando contra Europa. Tres extraños que están votando antes de las elecciones europeas, y seguirán votando después de las elecciones. Dos de los tres encarnan la aguda bicefalia de la clase dominante de la superpotencia estadounidense en su camino hacia el ocaso, y el tercero es la momia reencarnada del viejo imperio ruso disfrazada de nueva potencia emergente.
Los ataques aéreos y terrestres que Israel está llevando a cabo en la Franja de Gaza, que ya llevan ocho meses, han desatado una indignación internacional sin precedentes. El 24 de mayo, tras una audiencia de emergencia realizada en el marco de la demanda por genocidio que Sudáfrica presentó contra Israel, la Corte Internacional de Justicia ordenó a Israel detener su ofensiva en Rafah.
En sus 248 años de historia, EEUU nunca había tenido a alguien que haya llegado a su presidencia que hubiese sido juzgado y condenado. Sin embargo, ahora, Donald Trump ha sido considerado culpable en 34 delitos de falsificación de documentos. Pese a ello, él no ha sido apresado (ni siquiera de manera preventiva) y podría seguir votando, mantenerse como candidato y hasta ganar las presidenciales del 5 de noviembre.
El ataque de Israel contra Gaza ha provocado protestas en todo el mundo, incluido Estados Unidos. Aunque últimamente la atención se ha centrado en las manifestaciones estudiantiles en los campus universitarios, también ha emergido otro movimiento de protesta: el de funcionarios del gobierno de Estados Unidos que se oponen a las políticas estadounidenses que están devastando Gaza y que ofrecen una crítica desde adentro del accionar de su gobierno.
El Tribunal Supremo de EEUU acordó el pasado miércoles que decidirá sobre si "al expresidente Donald Trump le asistía la inmunidad presidencial" tras ser enjuiciado por intentar revertir los resultados de las elecciones de 2020. Dicha decisión sería una victoria y un balón de oxigeno para un Trump acorralado por la cruzada judicial, pues implica la paralización de los juicios pendientes contra su persona.
El diario Haaretz en una editorial del 8 de octubre acusó directamente a Netanyahu de ser «el responsable de esta guerra entre Israel y Gaza» y asimismo, la opinión pública israelí estaría ya haciendo responsable a Netanyahu del estrepitoso fallo de seguridad israelí al menospreciar las informaciones egipcias.
Israel sigue bombardeando la Franja de Gaza, al tiempo que los palestinos que se encuentran allí atrapados comparten en tiempo real videos de su propio exterminio. El número estimado de muertes que los bombardeos israelíes han provocado en Gaza desde el 7 de octubre ha superado los 28.000, incluidos 11.500 niños y niñas, y se presume que unas 8.000 personas que han sido reportadas como desaparecidas han fallecido y se encuentran enterradas entre los escombros.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló con la prensa antes de abordar el helicóptero presidencial y dijo: “No creo que necesitemos una guerra más amplia en Medio Oriente. Eso no es lo que estoy buscando”. Pero una guerra más amplia es precisamente lo que Biden está exacerbando al respaldar sin reservas la brutal ofensiva que Israel está llevando a cabo contra Gaza y los 2,3 millones de palestinos que están atrapados allí.
El pasado 15 de noviembre, el presidente chino, Xi Jinping, y el estadounidense, Joe Biden, se reunieron durante cuatro horas -con traducción simultánea- para mantener un diálogo sobre cuestiones estratégicas fundamentales para las relaciones entre China y Estados Unidos y sobre cuestiones importantes que afectan a la paz y al desarrollo mundiales.
El miércoles 17, Joe Biden, presidente de EEUU, fue a visitar al primer ministro israelí Benjamín "Bibi" Netanyahu. Al día siguiente hizo lo mismo el premier británico Rishi Sunak, quien, luego de estar en Israel, viajó a Arabia Saudita para entrevistarse con el príncipe heredero Mohammed bin Salman.
|