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La habilidad de escribir correctamente siempre ha sido esencial en una amplia variedad de contextos. Con el tiempo, esta habilidad se ha convertido en un recurso crítico tanto en el mundo empresarial como en la literatura digital. Las empresas desean transmitir mensajes claros y efectivos a través de diversos medios, como anuncios publicitarios, manuales, páginas de destino y boletines informativos, entre otros.
Derivado del evento de hermanamiento literario entre el movimiento cultural internacional surgido en Puebla, Sabersinfin y la Embajada de la República de Guatemala, efectuado el 6 de junio del año pasado, en el cual escritores poblanos donaron ejemplares de su obra literaria; hace unos días el Ministro de Cultura y Deportes de aquella nación, agradeció dicho gesto.
La gira de presentaciones del libro Cuando aprendí a vivir, cuyo autor es Pedro Martínez Ruiz, llega a Madrid, y más concretamente a la EOI (Escuela de Organización Industrial), tras atravesar buena parte de la geografía española desde que diese comienzo a primeros de octubre por tierras gallegas. El libro lleva el sello de la editorial Amat.
Crea una corriente que se lleva por delante al lector y, de paso, la infancia de la protagonista. Lo hace con esa naturalidad que tienen los grandes narradores en primera persona. La buena artesanía literaria es como la de las buenas sillas, como la dirección de John Ford: no se piensa en ella, pero funciona.
El pasado 24 de marzo tuvo lugar en el Auditorio Sebastián Cestero la III Edición de los “Premios Literarios Atrevimientos”, que concede anualmente el Instituto Sapere Aude, de Villanueva del Pardillo, a los mejores textos de escritura creativa de sus alumnos (de entre los publicados en la revista literaria de dicho centro, también llamada “Literarios Atrevimientos”).
Es imposible pararse a reflexionar y desgranar esta obra y dejar de lado algo tan obvio como el gran éxito de ventas que fue y que es: millones de ejemplares vendidos, traducido a casi cuarenta idiomas, germen de clubes de lectura y halagado por el boca-oreja; tengamos en cuenta que algo tendrá el agua cuando la bendicen y respetemos el criterio de los lectores antes de vilipendiar con ligereza.
El esperpento ha influido, sobre todo, en el cine, por lo que, a veces, cuesta encontrar obras con unos elementos que señalan de forma tan clara hacia el esperpento. Este es el caso de la obra de Juan Francisco Marín, tanto en Labrador de medianoche como Relatos cortos, reflexiones, desvaríos.
Los comienzos de todo artista están cincelado de excesivos obstáculos, especialmente en nuestra región hispanoamericana, el apoyo que recibe el artista principiante absolutamente es descolorido, en nuestra región el que desea ser exitoso de renombre artísticamente, tiene que tener presente que para lograr su objetivo, debe saber vencer estratégicamente múltiples desafíos que procurarán de pausar el desarrollo de sus ideales.
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