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Nunca entenderé que Irene Montero siga en el Gobierno, aunque sea un Gobierno provisional de gente degenerada. Con la maldita y maldecida ley del «Sólo sí es sí» se han beneficiado los tres pilares de la escoria social: violadores, pederastas y agresores sociales. Ese es el logro de esta inútil ministra que no ha traído a España más que porquería, degeneración, analfabetismo, desprotección a las mujeres, odio al sexo contrario, falso feminismo y proyectos inútiles.
No hay duda de que don Tomás Díaz Ayuso tiene una oportunidad única para hacer que se rasquen los bolsillos cuantos miserables han colgado la lona con su imagen, dado que han incurrido en calumnias e injurias, a sabiendas de que los tribunales le exoneraron de todo lo que se le acusa.
ILGA (asociación internacional de lesbianas y gays), es uno de los poderosos brazos del medio-mundial colectivo LGTBIQP+++ que dispone de “mando en plaza” en todo Occidente (o sea, medio-mundial). ILGA se queja de que están oprimidos. Si quienes mandan e imperan en Occidente es el lobby de colectivos LGTBIQP+, se deduce que los opresores son ellos mismos. Cierto, y opresores de todos nosotros.
El "solo sí es sí" no acaba en una pantomima sexual. El "solo sí es sí", es el centro donde se originan las roturas afectivas, las roturas familiares, las roturas económicas... origen y fin de la violencia: "el porque sí", "porque lo digo yo".
Proteger a la mujer significa trasponerla o que se esfume de una vez. Es en lo que trabaja el gobierno. Y, el presidente que se declara el protector de las mujeres, firma esa ley y otras peores; y además exige a cientos de parlamentarios y -as, estén de acuerdo o no, a que voten ese tipo de panfletos contra la mujer; ellos nunca se rebelarán, son marionetas.
“Qué pena me da que la madre de Abascal no abortara” (vídeo de la Secretaria de Estado de Igualdad). No todo vale señora o trans señora o bisexual señora o erótic sexy señora o mujer sexista feminista... No todo vale doña Ángela Rodríguez Pam.
Una reunión de vecinas comentando cómo sus maridos las satisfacen sexualmente y hablando en voz baja para que no se enteren los niños, tiene más pudor y vergüenza que lo que dice Irene Montero y su congénere Ángela Rodríguez Pam, que han convertido el sagrado templo de la democracia, el Congreso, en un lodazal y un basurero.
Está claro que la inteligencia es previsible, pero no así la estupidez. Siempre, y cada vez más, cuando Pedro Sánchez tiene que dar la cara, da justamente lo otro “sin nombre”. Como eso ocurre a diario, ya no sabemos cuál es su fisonomía real.
El «Ministerio de Violaciones», con la «ministra de violadores» al frente no deja de hacer el ridículo. Nunca las propias mujeres habían propiciado la desprotección de las mismas. Ya se están acabando las adjetivaciones para calificar, y también para descalificar, a esa banda de vividoras amparada en el temor del mentiroso, Pedro Sánchez.
En tan solo 3 años, el ridículamente llamado “ministerio de igualdad”, ha logrado desigualar sin límites. Sería muy profuso mencionar todos esos éxitos; así, pues, nos limitaremos a mencionar algunos al desgaire, como vayan saliendo, sin recurrir a hemerotecas, más bien lo que circula por el vulgo, lo más conocido y llamativo, porque lo destacado lo exhiben ellas a diario.
Han nacido, están ahí, se les ve y hablan mucho, imponen su especie. Son seres a quienes preocupa muy especialmente la vida en y del planeta Tierra, toda vida menos la vida humana. Seccionan el significado ontológico de la vida humana. Desprecian que todo embrión humano es un ser previsto y contante en este Planeta y en el Universo, que es un don de la naturaleza.
Repugnante, asqueroso, repulsivo, despreciable. Irresponsable, imprudente, incompetente, insolventes. Miserables… Términos que deberíamos aplicar a la “masa salarial política”, simplemente, por la ambigüedad y por el pasotismo hipócrita, disfrazado de prudencia ante el tema gravísimo de los “abusos sexuales a menores”.
Bajaba, curioseando, desde Sol dirección al Instituto Cervantes, cercano a la Plaza de Cibeles. Bonito día, soleado, pletórico de actividad. Hacía tiempo que no hacía ese recorrido; tranquilo, relajante, envidiable… Pero, me topé de golpe con un edificio, monumento, en el entronque de la calle Alcalá con la Gran Vía: el Ministerio de Igualdad.
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