Proteger a la mujer significa trasponerla o que se esfume de una vez. Es en lo que trabaja el gobierno. Y el presidente, que se declara el protector de las mujeres, firma esa ley y otras peores; y además exige a cientos de parlamentarios y -as, estén de acuerdo o no, a que voten ese tipo de panfletos contra la mujer; ellos nunca se rebelarán, son marionetas.
¿Son leyes terroristas? Lo parecen, pues consolidan el odio a la mujer entre las mujeres al dictado del ministerio de igual-dá, siguiendo las doctrinas LGTBIQP+ y con el apoyo incondicional del presi. Trasponiendo a la mujer degradan a la madre. La madre es humanidad misma, su identidad es la coherencia con la vida. García Morente nos lo dejó claro a quienes entendemos: "Para la mujer ser mujer lo es todo". La mujer madre no es un estereotipo, tampoco es un rol social, es esencia de mujer. La mujer ES, ni se hace ni es una construcción social. Es imposible la imitación, la simulación o el sentirse, por lo que es totalmente imposible que un hombre transicione a mujer, ni con ley ni sin ley; solo puede haber burdas y grotescas imitaciones. De hecho, ya tenemos en España una avalancha de machos que se han lanzado a cambiarse a hembras pero de mentirijillas, sólo de nombre y apariencia que es lo único que pueden hacer. Son esa legión que, careciendo de esencia tienen que acudir a la apariencia.
Observación: La ofensa y el daño están servidos para esos poquitos, apenas unas décimas por cien-mil humanos que son reales transgénero y respetables absolutamente. Ellos son los máximos perjudicados por una ley que admite y fomenta que una pléyade de maltratados personal, social o vitalmente, se vean sometidos a su propia destrucción, ya que la ley les prohíbe mejor solución.
El gobierno y mucho parlamento han legalizado esa insensatez engañados o seducidos por las feminazis y su protegido lobby de las muchas letras. Todo nuestro pesar a los perjudicados y nuestro rechazo a que la generalidad de las mujeres sean traspuestas, despreciadas en su feminidad, su especificidad y sus maravillosos caracteres como sexo fuerte (el mal llamado sexo débil). Nuestro rechazo a los graves peligros físicos y sociales a los que pueden verse expuestas; todo ello suscrito, apoyado y hasta exhibido por el autoproclamado "defensor de las mujeres"; hasta tal punto es un inconsciente, un torpe cegato, obtuso y con menos luces que una luciérnaga.
Pero eso no lo entienden quienes consideran a las mujeres unas pobrecillas, incapaces, débiles, idiotas, sometidas,... más la desigualación que Sánchez y su patrulla añaden a las muchas desigualdades ya legisladas contra el art. 14 de nuestra Constitución. El drama de las mujeres maltratadas ha sido convertido en un suculento negocio administrado por "igualdad" para desigualar y para cebar al colectivo LGTBIQP+ que es un especial promotor y colaborador.
El drama de las mujeres es que están en las peores manos en el momento peor. Ellas están pasando las de Caín, y será peor cada día que siga la ideología gobernando, la igualdad legislando, el primer defensor mandando y como utilizador utilizándolas para rellenar con su anunciada "ley de parida".
La conexión entre los intereses reales de las mujeres y el feminazismo es tan tenue, tan remota y evanescente como el humo de un cigarrillo y la lluvia fertilizante. En vez de favorecer a las mujeres, ese seudo-feminismo las traspone, las subyuga, esclaviza y pervierte; o, al menos, lo intenta; porque el sexo fuerte seguirá prevaleciendo, el supremo feminismo es el que dice sí a la vida, sí a la mujer que es quien puede dar vida, y de hecho la da alcanzando así el culmen de la feminidad y de su grandeza; para disgusto y odio de las femis.
La ideología de género, la igualdad desigual, la corrección política y el pensamiento único, ni han triunfado ni han sido aceptados por la ciudadanía en parte alguna; han sido impuestos por los tiranos del "nuevo orden mundial" (NOM) a través de sus lacayos que nos gobiernan. Esos lacayos están bien pagados, los demás sufrimos su lacayez.
No podemos olvidar que todos los restantes miembros del gobierno y todos los parlamentarios que han votado la ley trans, son igual de obtusos, mamones y cegatos o borregos del sustento. Su visión de la persona es un excremento. Y es que no gobiernan; ellos dominan, explotan, expolian, adoctrinan, compran, engañan, manejan, subyugan, corrompen, desprecian,... a toda la sociedad, a las instituciones, al pueblo que les votó. Nosotros, los ciudadanos, o nos rebelamos o nos esclavizan. La Ley Trans tiene tantos y tan severos peligros que volveremos sobre ella, en especial sobre lo que afecta a los niños. Mientras tanto, sólo constatar que es una muestra más de lo que busca doña montero con sus leyes: promover, impulsar, difundir y enquistar múltiples y serios peligros para las personas y para la sociedad en su conjunto al son que le marcan "los letreros". Quieren dominarnos, por eso nuestro deber es rebelarnos y desobedecer.
¿Es por inconsciencia, por odio, por ceguera, por fanatismo, por maldad o por todo junto, que una ministra busque tanto daño, tanto peligro, tanta perversión? ¿Es ella o es su servilismo -elegido o impuesto- al NOM quien diseña y expande la susodicha maldad? ¿Es ella o hay un escondido detrás y ambos siguen órdenes?
Los megalómanos plutócratas ladrones del NOM tienen comprados hasta los calzones de todo Occidente. Si alguien lo duda, que pregunte a Pedro Sánchez. Son tiranos; estamos obligados a rebelarnos y desobedecer para no ser esclavizados.
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