| ||||||||||||||||||||||
Las revueltas políticas en Kazajistán han sido empleadas con maestría en esa ejecución milimétrica para el nuevo Orden Mundial que se lleva gestando desde hace décadas, con actividades medidas desde la década de los 90 es una clara muestra de un plan maestro que no se interrumpe.
Hace tiempo que se vienen produciendo drásticos cambios en la sociedad no solo española sino en la del resto de los países. Mutaciones que están dando al traste con nuestras inveteradas costumbres y forma de vida, y que están socavando los pilares que han sostenido a la civilización occidental durante milenios (dos al menos).
Se nos están inculcando ideas, actuaciones y comportamientos cuyo único fin es acabar con la valores dela civilización católica y de sus principios, e implantar unos de nuevo cuño que suplan a los religiosos cristianos católicos eliminándolos y dando al traste con los mismos.
Parece que siempre ha existido la tendencia a que todas las naciones del mundo se rijan por las mismas leyes sin que tal cosa se haya conseguido nunca. Grecia, Roma o el celeste imperio lo intentaron una y otra vez. Claro que todos los unificadores que han existido han tratado de reservarse el mando sobre el grupo de naciones que de alguna forma pretendían unificar.
¿Tendrá este mundo arreglo o habrá que esperar al juicio final? ¿De qué escribir sino de Afganistán? Los sucesos del aeropuerto de Kabul, repetidos en todas las cadenas de televisión a todas horas han venido a sumarse a nuestra pandemia, la situación económica, la escasa actuación de nuestros gobernantes, la excesiva respuesta de Estados Unidos y la más que discreta de la Unión Europea.
Cualquier persona investida de una autoridad, de un poder, de un cargo, ya lo gane en unas elecciones, en un examen o en una prueba de acceso, nunca puede olvidar que su obligación es servir a los ciudadanos y en ningún caso disfrutar del cargo en su propio beneficio, enriquecerse con la prebenda obtenida o no hacer nada.
La respuesta está a la vista: la fe se enfría, las palabras de Jesús no encuentran eco. La bienaventuranzas, el mejor programa que jamás se haya formulado para conseguir un mundo mejor en el que reine el amor y la justicia ha sido abandonado por la oferta marxista, la oferta liberal o la oferta globalita del Nuevo Orden Mundial.
Con carácter de urgencia quieren seguir imponiendo la ideología de género. No solo hombres y mujeres sino también hombres que deciden ser mujeres o mujeres que deciden ser hombres. Con estas modificaciones cada vez quedarán menos para seguir poblando el planeta.
|