| ||||||||||||||||||||||
En Techirrén Dufhert”…
Cabo Chimanfurell oeste, en Puygartiwers.Volar sin alas
sólo piensoy es un tormento
Ángel Antonio Herrera es un poeta introspectivo y discursivamente intrincado, para lo que se vale de una sintaxis dispuesta a la manera de los nudos marineros: hermosamente embrollada, lo que da lugar, al fin, a poemas que vienen a ser un bello y complejo epítome versal.
Pocha de oro negro... de cruel mirada cuando el hambre de triste sombra la invade, como Nanny es fiel llamando a su dueña. De cuello estrecho pero real y blanca y negra, y de ojos verdes cual dos luceros, y rabo de ratón, Pocha Josefina, gata concha de tortuga, gato con botas bien puestas, máscara del zorro, Pocha maravillosa gata de dulce corazón de miel, de garganta enferma de herida cruel que no se dejó castrar, ya que quería ser madre, Pocha de la luz.
Sabes que te quiero, que ya te lo he dicho, sabes que no es un capricho, que eres mi tipo, no sé si has oído, que te amo mucho, preciosa criatura, mi viejo marido que me entrego a él como el primer día, hubo una vida allá atrás en que todo fue así. Viéndote, hoy puedo recordarlo.
LA RENDIJA LÍRICA. Con la mirada afilada de un cíclope, el lector de poesía aguza la vista. La hendidura por la que vislumbra la estancia que aferran sus manos en el libro o en la resonancia al vuelo que se recita, es sencillamente hasta donde le permita perseguir el hilo de oro viejo de las palabras.
Mover esta mano que sostiene mi pluma color azul marino, como el mar cuando cae la noche, verde como mi jardín del bajo B y negro como la suerte que se me desea desde afuera por aquellas personas extrañas, insensatas, que no me han querido bien, que me desean lo malo sin lamentaciones, sin pensar que soy un ser humano, con dolor de espalda, huesos y corazón.
A mis 50 años
Yo no quería crecer
No quería ser mayor
De niño para mí eso era malo
Debo decirte que sí, que quiero irme con él, que quiero compartir tu vida y despertar a tu lado, quiero casarme y decir sí, muchas veces sí. Le quiero en verano y más en invierno, en otoño y primavera.
Las posibilidades de enriquecerse intelectualmente en éstos tiempos es cómoda y extraordinaria, incontables de profesionales se destacan por su ilimitada cordialidad en apoyar a los que están iniciando a vivir en lo que tanto desean convertirse, es grandioso saber que existen personas que se entregan honestamente a esa causa de ayudar desinteresadamente al que necesita.
Laura, los Pueblos.
Laura, el nácar.
Laura el pan.
Naranja no es, no existe para los santos, naranja desaparece, allí no vas.
Aquí presento una colección bastante mala de poesías, por eso las catalogo como “poesía experimental”, porque además no tienen demasiada rima ni son clásicas. Hay escritores muy buenos, pero yo, también aporto algo, por si a alguien le vale.
Cuando he visto tu engaño, cobarde y miserable
te conocí entonces,
Vivo la tragedia
del ataque constante,Mi renault 11 iba viejo, mi amigo, mi compañero,
lo durmieron en invierno, noviembre de 2008, tuvo que venir otro coche,mucho me lo pensé, porque yo a Reynold le amé,
Se quedó en la calle,
ese hombre, ahorapasa hambre.
Ayer,
estabas tú,en algún lugar de mi alma.
El fotógrafo mexicano Edgar Olguín Quiroz logra atrapar, congelar, pasmar con su arte una serie de conjunciones que revelan el sístole y diástole de lo que transcurre frente a nosotros, pero permanece invisible, y sólo se hace claro por el toque maestro que como artista él tiene.
En aquella vivencia extraña,
yacía mi cuerpo enfermoy tieso, sobre la cama.
|