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Cuando el cartero llama a la puerta y trae un paquete siempre es motivo de alegría. En esta ocasión, el paquete me llegaba desde mi tierra, el País Valencià, y la remitente era una vieja conocida y buena amiga. Adriana Serlik, desde la comarca de La Safor, me enviaba sus penúltimos versos, porque los últimos seguro que los está escribiendo en estos momentos, recopilados en un pequeño volumen titulado “Desconciertos”.
Hemos creado un imperio de respuestas bajo un castillo de arena. La complicidad está en el aire, las palomas en sus arrullos y zureos vuelan en la interrogación. El poema que escribimos se borra, nos mira con devoción en las cenizas de un volcán oculto en la palabra.
Cuando vea como se lo queda ella, se queda con el amor que destinado iba a ser... ¿suyo?
Pintor valiente...
Despertar y tomar consciencia. Tomar consciencia para ser, para dejar de ser esclavo y aspirar a la libertad. Despertar y vivir a plenitud solo para darse cuenta que se trata de una ronda interminable de despertares y alcances libertarios. ¿Qué es la realidad y cuáles son sus fronteras?
Semillas radioactivas/ son gránulos pequeños/ pueden ser 37/ que se insertan en la próstata/ cilindros de titanio/ como puntas de lápiz/ y con Yodo-125 radioactivo/ en su interior. Temblor esencial/ es un temblor rítmico/ en movimientos voluntarios en suspensión/ o contra la gravedad/ se agudiza en momentos/ de tensión emocional...
Soy decadente...
Papá, al sol no llego, tengo que mojar mi pluma para que la hoja de papel desnuda se vaya poblando de excelente letrística...
El mapa de la sangre, alumnos, ved el mapa de la sangre, ved la geografía roja sin banderas, las naciones de la herida, la ardiente tierra en llamas arada bestialmente por el hombre.
La veo siempre...
Estoy harto de mandatos, de este maldito Gobierno, que nos conduce al averno por una o por otra causa, siempre con prisa y sin pausa y encima con acritud.
Norka Sepúlveda Sepúlveda tiene noventa y tantos años, nació en septiembre de 1930, y hasta hace poco era un pulmón cultural de la Araucanía. Norka, La Norka, como la conocen muy a su estilo chileno, inició a los doce años su andar poético.
No confíes en el tiempo ni en sus vástagos, las horas, que se muestran tentadoras y funcionan a destiempo.
Nos gusta crear. Nos gusta inventar. Nos gusta imaginar. Nos gusta soñar. Este libro de poemas y creaciones en prosa te llevará a volar con la imaginación a los ambientes de todos los personajes, sentirás sus almas, sentirás sus presencias, sus karmas lentamente acariciarán la dulce brisa de tu mirada...
Adriana Paz es una ávida devoradora de historias, quien, de vez en cuando disfruta también de escribirlas. Nacida en Caracas, Venezuela, un 26 de junio de 1998, fue adoptada por Honduras en el 2011, a la edad de 12 años y desde entonces ha intentado probar que Honduras tiene nombre de poesía. Estudiante por egresar de la carrera de Psicología en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
Es ahora cuando me ha dado miedo, pánico, terror... Creo que si me los muestran hace cinco o seis años, ¡que ya existían!, o no me lo hubiera creído o esos poemas me hubieran parecido tan artificiales como la voz de un robot, voces que no llegarán a la categoría de los talones de un recitalillo de tres al cuarto.
Han entrado caballos a todas las bibliotecas...
De donde vengo nos saludamos estrechando los pechos, corazón con corazón, ante la imposibilidad de acariciar la esencia que somos. Lo hacemos con las personas que estimamos, con quienes tenemos confianza, porque es una forma de decirle —sin mencionarlo—, que estoy tan cerca de ella, que pongo mi corazón —símbolo de mi esencia—, junto al suyo, a su servicio.
Amo recordar...
De vivir otra vida...
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