| ||||||||||||||||||||||
He escrito muchos comentarios sobre esa “prudencia política”, que muchos consideran esencial en el desarrollo de la actividad parlamentaria. Siempre he querido referirme al “patio de la actividad política”, nunca, eso espero, al ámbito personal. Dicho esto, debo exponer con claridad mi postura ante la llamada “prudencia política”.
Por eso cumplimos concienzudamente con nuestros deberes sociales, y los otros… Somos ciudadanos responsables y sensatos. También respetuosos con todo el mundo y buenos ciudadanos, a menudo excelentes. Y todo eso no es circunstancial, ni contingente o condicional, tampoco supeditado al contexto. Todo eso es sagrado y absoluto para la población que defendemos, la que somos y creemos que debe ser siempre.
Los gobernantes son el reflejo de la sociedad. No son ángeles santos que han bajado del cielo para sacar las castañas del fuego a las naciones. Son personas salidas de la masa social y, por lo tanto, con las características buenas o malas propio de una humanidad caída en pecado, lo cual ha desfigurado la imagen y semejanza de Dios en que fue creada.
|