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Van a cumplirse veinte años desde que tuve la oportunidad de hacer un viaje que marcó para siempre mi vida. Una de las excursiones que realizamos en aquel viaje a Tierra Santa en el año 2006, nos permitió subir al monte Tabor, lugar donde se transfiguró Jesús según se recoge en el Evangelio de San Lucas. Este texto se proclama este domingo en todas las Eucaristías.
En la primavera del 2006, tuve la oportunidad de viajar a Tierra Santa. En una de las múltiples visitas que realizamos a lo largo de aquella semana, pudimos recordar nuestra boda en el templo sito en Kafar Kanna (así se llama ahora esta población), que se encuentra en el lugar donde se produjo el primer milagro de la vida pública de Jesús.
Durante Semana Santa, la tierra donde nació Jesús pasa por su mayor guerra moderna. Parecería imposible encontrar una solución a este conflicto que ha producido en pocos meses más niños muertos que en la suma de todas las guerras en todo el resto del planeta en esta década. Sin embargo, Irlanda del Norte podría ser un posible ejemplo para encontrar en Tierra Santa una forma de convivencia y de compartir el poder.
Durante Semana Santa, la tierra donde nació Jesús pasa por su mayor guerra moderna. Parecería imposible encontrar una solución a este conflicto que ha producido en pocos meses más niños muertos que en la suma de todas las guerras en todo el resto del planeta en esta década.
Las personas más perjudicadas por el conflicto de Tierra Santa son los cristianos, que van siendo cada vez menos, por la inestabilidad. Lo están pasando muy mal, porque no son judíos y musulmanes los que luchan por una tierra, sino que la comunidad cristiana “hasta la fundación del Estado de Israel en 1948, representaba un alto porcentaje de la población en Palestina y era mayoría en muchas ciudades que ahora son predominantemente musulmanas”, asegura Kassis.
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