Durante Semana Santa, la tierra donde nació Jesús pasa por su mayor guerra moderna. Parecería imposible encontrar una solución a este conflicto que ha producido en pocos meses más niños muertos que en la suma de todas las guerras en todo el resto del planeta en esta década.
Sin embargo, Irlanda del Norte, que antes tuviera la principal guerra interétnica en Europa occidental, podría ser un posible ejemplo para encontrar en "Tierra Santa" una forma de convivencia y de compartir el poder.
Semana Santa es también una fecha que marcó la historia irlandesa, una isla que en esa misma festividad religiosa en 1916 experimentó su primera gran insurrección independentista y que en esta misma en 1998 logró su gran acuerdo de paz que condujo al cogobierno de todas las fracciones armadas que se habían estado matando.
A tres décadas de dicho pacto, por primera vez en Irlanda del Norte ha asumido el premierato alguien ligado al antiguo Ejército Republicano Irlandés (IRA), el cual antes fue considerado como el principal enemigo terrorista interno dentro del Reino Unido y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Como el IRA no pudo ser derrotado militarmente, la solución pasó por un diálogo y un acuerdo con este que condujo a su auto-desarme, la legalización plena de su brazo legal (el partido "Sinn Féin", SF) y compartir el poder en Irlanda del Norte.
A un cuarto de siglo del tratado de paz, SF acabó primero en las elecciones de Irlanda del Norte. Tras una extensa parálisis y roces se llegó a que los más ultra-unionistas acepten que Michelle O'Neill del SF se convierta en febrero en la primera mujer y también republicana en asumir la jefatura del gobierno autónomo de esta provincia. O'Neill viene de una familia llena de "terroristas irlandeses". Del IRA fueron su padre Brendan Doris, quien estuvo preso por las mismas fuerzas que asesinaron a su tío Paul Doris y balearon a su primo Gareth Doris.
Una de las primeras declaraciones internacionales que hizo O'Neill al convertirse en premier nor-irlandesa fue que Hamás acabaría -como SF-siendo legalizado o compartiendo el poder junto con los hebreos.
Los republicanos irlandeses suelen colocar su bandera junto con la palestina. La barra del "Celtic", el principal club futbolístico escocés (conformado por inmigrantes irlandeses) lleva miles de estandartes palestinos cada match. Tanto Irlanda como Palestina llegaron a ser dependencias británicas. La primera isla estuvo dominada ocho siglos por Londres (quien sigue controlando a 6 de sus 32 condados). La segunda estuvo bajo mandato británico en 1920-1948, la cual se guio por la declaración Balfour de 1917 según la cual Londres animaba la inmigración sionista para formar un "hogar nacional judío". Los nativos de irlanda sienten que su situación es similar a los de Palestina, pues ambos tuvieron que hacer frente a potencias que colonizaron sus territorios y que les llenaron de enclaves con asentamientos de gente que provenía de otras partes.
A pesar de que británicos e irlandeses hablan el inglés, siempre hubo un roce entre ambos. Mientras la isla británica fue el motor de la revolución industrial internacional, Irlanda le proveía de alimentos y mano de obra barata. Las diferencia entre ambos pueblos no eran raciales, sino cultural-sociales, pues los británicos eran más pudientes, monárquicos y mayoritariamente protestantes, y los irlandeses más rurales, pobres y tendientes a ser republicanos y católicos.
En la mitad de la I Guerra Mundial, en la capital irlandesa (Dublín) se produjo la insurrección separatista de Semana Santa 1916, que fue brutalmente aplastada por Londres, la cual hizo deportaciones masivas y muchos fusilamientos (incluyendo a un herido en camilla). Luego, los impulsores de tal levantamiento lograron arrasar en las elecciones de 1918, conduciendo a que Londres aceptase permitir la independencia de 26 de los 32 condados donde estos ganaron, mientras que en los seis del noreste, donde la mayoría era protestante, se creara Irlanda del Norte como una provincia que hasta hoy sigue conformando al Reino Unido. Para luchar por la unidad antibritánica de la isla, los antiguos insurrectos conformaron el IRA. Este tuvo varios desgajamientos y a fines de los sesentas se estructuró uno que lideró vastas acciones armadas dentro de Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido.
Hace tres décadas presencié el mayor ataque terrorista hecho en una capital occidental antes del de Nueva York 11/S/2001. En la mañana del 24/04/1993 escuchamos una descomunal explosión. Un camión bomba destruyó varios edificios del barrio financiero de la City de Londres. Al cambio de hoy los costos fueron de más de $US 750 millones.
Además de este mega-bombazo, hubo decenas de atentados por todo el Reino Unido. El IRA organizó magnicidios contra miembros de la realeza y la mandataria británica. El 27/08/1979 asesinó al almirante Mountbatten, ex-gobernador británico de India y tío preferido del hoy rey Carlos III. El 12/10/1984 casi mata a la primera ministra Margaret Thatcher, que se salvó del bombazo que le pudieron en el hotel donde estaba.
A inicios de los noventa, Irlanda del Norte estaba tan o más lleno de tanquetas, barricadas y controles que Lima o Ayacucho durante el conflicto con Sendero. Esta provincia tenía una fuerte división sectaria entre protestantes, unionistas y monárquicos (descendientes de colonos británicos) y nacionalistas, republicanos y católicos (provenientes de los irlandeses nativos). Había barrios asignados a ambos y guetos para católicos. Una vez que allí fui de paseo una bomba estalló cerca de un pub donde estaba por ir, solo por el hecho de que este permitía que distintas etnias socialicen. Como la ley impedía que cualquier miembro del SF pudiese hablar en TV, las declaraciones de estos eran recortadas o dobladas en otras voces en la BBC. Hoy todos ellos han llegado a cogobernar Irlanda del Norte, la cual atravesó por pujanza económica.
Las antiguas organizaciones armadas de ambos bandos nor-irlandeses acordaron trocar las armas por las urnas. Los republicanos siguen insistiendo en que su meta es reunificar Irlanda, pero ansían hacerlo mediante un referéndum que soliciten cuando vean que tienen chances de ganar.
Hoy en "Tierra Santa" la situación es peor que la de esa provincia hace 4 décadas, pues Gaza es la franja metropolitana más super-bombardeada de todos los tiempos. Mientras la mayoría de los israelíes ha venido apoyando distintas formas de dura ofensiva militar, hay varias significativas voces internas que piden repensar la estrategia.
Ami Ayalon, ex-jefe del Sin-Bet (servicio secreto israelí) acaba de declarar de que si él fuera un palestino de Gaza o Cisjordania, él "lucharía con todos los medios posibles contra Israel." Para Ayalon a los palestinos no les queda otro camino y hay que buscar una solución que les produzca optimismo.
Reuven Rivlin apenas llegó a la presidencia israelí en 2014 (cargo que ocupó hasta 2021) inauguró en Jerusalén la conferencia "Del odio al extraño a aceptar al otro". Para este militante del mismo partido derechista del premier Benjamin Netanyahu (Likud), la sociedad israelí está enferma y necesita un tratamiento. Los judíos, que en la diáspora han sido objeto de persecuciones, debieran ser más sensibles y tolerantes con los demás.
Uno de los otros ponentes en dicho evento fue Yehuda Bauer, profesor de la Universidad Hebrea especializado en el holocausto, quien dijo que el "racismo basado en el color de la piel es marginal en Israel", pues este se basa en nacionalismo y religión.
La idea de ir a una sociedad antirracista, incluyente y tolerante que abrace a todas las etnias y credos de Tierra Santa es la única solución democrática viable a largo plazo, pues todos los intentos de partir está entre árabes y hebreos han fracasado.
Es hora de que los hebreos conquisten paz y seguridad permitiendo una democracia plurinacional donde todos los árabes sean tratados por igual, tenga derecho a retornar a sus tierras y puedan alternarse en todos los puestos de poder.
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