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Hoy comienzan las elecciones en la India. Están habilitados para votar más de 960 millones de habitantes en comicios de formato singular que van a durar 44 días. El país encarna la mayor democracia del mundo y, a diferencia de lo que suele acontecer en occidente, se espera un incremento del número de ciudadanos que acudan a las urnas.
Según el semanario The Economist, en 2024 acudirán a las urnas, en diferentes tipos de elecciones y en 76 países de todo el planeta, alrededor de 4.000 millones de personas, prácticamente la mitad de la población mundial. Nunca a lo largo de la historia habían votado tantas personas en un mismo año y, posiblemente, tampoco nunca habían sido tan importantes las elecciones concentradas en un mismo periodo.
Como Sierra Morena, famosa por sus bandoleros de película, hoy tenemos la fronteriza Melilla y la mediterránea Mojácar haciendo pinitos de bandolerismo electoral. Ladronzuelos de poca monta, salvo lo que de trasfondo lleva consigo el “engaño a las urnas democráticas de todo un Estado”.
Este año tiene la particularidad de ser el que precederá a unas nuevas legislativas en las que el gobierno socio-comunista que ocupa el poder deberá someterse a lo que decidan las urnas, refrendando o censurando lo que ha sido la última gestión que han hecho desde su paso por la política española.
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