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El mercado de divisas se está dando cuenta de un mayor riesgo político en Europa, del proteccionismo estadounidense y europeo, y de la divergencia en las políticas de los bancos centrales. Hay que prepararse para cambios tectónicos y esperar lo mejor.
Las intervenciones monetarias vuelven a estar de moda, desde Japón hasta China y Suiza. Forman parte de las herramientas políticas, pero las posibilidades de éxito varían mucho. Los tres buscan reforzar sus divisas y parten de una posición de fuerza, con las mayores reservas de divisas del mundo. La moneda suiza y la china están muy controladas, mientras que el yen japonés flota libremente y es una de las más baratas del mundo.
El yen japonés (JPY) se desplomó a través del nivel clave de 130 frente al dólar, llevando su caída este año al 11%, la más débil de las principales divisas mundiales. Los fundamentales apoyan una mayor debilidad, con la próxima parada en los mínimos de 2002 de 135 USD/JPY. El catalizador fue el compromiso del Banco de Japón de mantener el límite de rendimiento de sus bonos a 10 años en el 0,25%.
La inflación de la eurozona se ha visto alimentada en las últimas semanas principalmente por el aumento de los precios de la energía y los alimentos, que han subido drásticamente desde la invasión de Ucrania. La región ya registró un récord del 5,9% en febrero, muy por encima del objetivo del 2% del Banco Central Europeo (BCE), y la mayoría de los economistas prevén nuevas subidas.
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