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Vuelta a los mismos errores

Este fatídico personaje fue el creador de aquel concepto de las "naciones" de España.
Jesús  Salamanca
domingo, 18 de febrero de 2018, 12:05 h (CET)

Hay políticos que arrastran su inexperiencia, imagen de trepa e indignidad por los albañales de la política. Suelen hacer una política con minúsculas, están en posesión de un necio pensamiento y parecen tener un intelecto de no muy largo alcance, al menos para la política. Así veo yo a Pedro Sánchez o “Pedroflauta” Sánchez, como se le conoce en su partido. Y por lo que compruebo no soy el único. Alguien debería enseñar, a este aprendiz de brujo, lo que solía decir don Santiago Ramón y Cajal respecto a que "las ideas no duran mucho. Hay que hacer algo con ellas". Algo parecido le sucede a su portavoz – no sé si decir “portavozo” mientras la otra insista en lo de “portavoza”—de partido, el todavía alcalde de Valladolid.


¿Por qué digo que es indigno? Pues lo es por muchas razones, como ya demostró en su etapaanterior de ida y vuelta. Este fatídico personaje fue el creador de aquel concepto de las "naciones" de España. Su cortedad le ha llevado a concretar que "España es una Nación de Naciones, son tres Cataluña, País Vasco y Galicia, porque tienen lengua propia." llamar nación o estado a algunas de las CC.AA. es prueba de que faltó muchos al colegio, por mucho que mencionen lo de nación los estatutos de cada comunidad. Son comunidades autónomas dentro de un Estado. Sin más y sin menos. Lo demás lleva a situaciones como las que acaecen hoy en Tabarnia y en Tractoria.


Créanme que, si de mí dependiera haría volver al colegio a Pedro Sánchez, pero a educación primaria y, además, no le convalidaría nada por la cantidad de lagunas que demuestra y las insensateces que aventa. Sus brutalidades lingüísticas e ideológicas empiezan a cansar a propios y extraños y, como recientemente le anunció Felipe González, volverá a caer en los mismos errores del pasado. No aprende y quien no aprende es capaz de repetir errores, insensateces, estupideces y mediocres actuaciones.


Se ha demostrado que Pedro Sánchez es un pensador de segunda división en el mundo de la política. Ni está preparado para grandes proyectos ni ha demostrado ser capaz de aglutinar ilusiones más allá de los suyos. Eso sí, se ha convertido en un experto en decir lo que le conviene en función de las circunstancias y los acontecimiento. No es político de palabra ni de seriedad. Y mucho menos de rigor.


Cuando me refiero a los suyos no me refiero a todos sino a una facción que no ve con buenos ojos las políticas de la "sultana". Por cierto, por muy torpe que dicen es el tal "Pedroflauta" Sánchez, no es cierto que sepa nada ni tenga que ver con la corrompida Oxfam, al igual que tampoco es directora general su señora: la misma que se despedía de sus amigas, durante una de las campañas electorales con un "nos vemos en Moncloa", lo que hacía que rozara el ridículo cada vez que acompañaba a su media naranja ¿o tengo que decir , en este caso, "medio naranjo", para seguir en línea con las brutalidades lingüísticas de “Irena Montera” y su exabrupto de las "portavozas".


Hoy leíamos en las redes sociales, referido al señor Sánchez, una firme definición en la línea de que es "un brillante cabezón, excelso cerebro, prodigiosa mente, este brillante pensador y segundo divisor de España con tal discurrir, se debe haber quedado sin su única neurona envenenada". Decía Charles Maurice de Talleyrand que "la palabra se le ha dado al hombre para encubrir su pensamiento", pero nunca debió pensar que llegarían lo que hoy son las redes sociales y ahí no solo se diría lo que se piensa y siente sino que acabaría por ser más frecuente que lo contrario.

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