El madrileño barrio de Lavapiés, en el centro de la capital, ha recuperado la tranquilidad esta madrugada de viernes tras el amplio despliegue policial que ha logrado controlar los disturbios registrados esta noche por la muerte, este pasado jueves, de un mantero que había sido perseguido por agentes de la Policía Municipal desde la Plaza Mayor de la ciudad.
Los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) se han apostado por las principales calles del barrio para evitar nuevos incidentes. A lo largo de la noche, 20 personas han resultado heridas, 16 de ellos policías, según Emergencias Madrid.
El fallecimiento de un vendedor ambulante de 35 años y nacionalidad senegalesa se ha producido sobre las 17 horas en la calle del Oso por parada cardiorrespiratoria, después de una persecución de la Policía Nacional desde la Plaza Mayor, donde el mantero vendía productos de perfumería de manera irregular.
La muerte del mantero, que era vecino de Lavapiés y una persona popular en el barrio, ha provocado la indignación de algunos de sus compañeros, que se han concentrado en los alrededores de la calle cuando los sanitarios del Samur-Protección Civil intentaban todavía reanimarle.
Tras el fallecimiento, la escalada de tensión ha provocado el cierre de la calle del Oso, y ha encendido las protestas, que han derivado en la quema de contenedores, rotura de mobiliario urbano y el asalto a sucursales bancarias como la de la calle Ave María. Dos vehículos del Samur-Protección Civil y uno de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid también han sido apedreados y se han registrado desperfectos también en algún vehículo de la Policía Municipal.
Los disturbios han provocado el cierre anticipado de comercios de la zona, y los agentes de la Policía Nacional habrían detenido a varias personas, según testigos presenciales. Objetos quemados, cristales rotos y adoquines arrancados del suelo son el paisaje que han dejado los incidentes de la noche.
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