El capítulo de gastos está muy claro: se gastará hasta el último céntimo de aquello que podamos conseguir. El de ingresos es diferente; se cuenta con las subvenciones de los diversos estamentos oficiales, aportaciones de las obras sociales de los bancos y otras empresas, las cuotas de los socios y, finalmente, con la Providencia Divina.
Este último apartado –y los otros tampoco, seamos justos- no nos fallan nunca. No es que recibamos una transferencia directamente desde el cielo. Ojala. Ese negociado lo llevan las manos de las personas de buena voluntad que se involucran en este apartado.
La semana pasada hacía una llamada a la solidaridad con el Padre Cacho. Otros periodistas -con mucho más alcance que yo- los del programa “La Noche de Arjona”, conectaron con Cacho, y tras una larga entrevista, deliciosa por otra parte, han puesto en marcha un proyecto a escala nacional que va a conseguir equipar a los muchachos del Padre Cacho. Providencia.
Ahora me entero de una noticia que me ha preocupado. Al banco de alimentos de Málaga “Bancosol”, le han reducido sus subvenciones procedentes del 0´7 de una forma tremenda. No les sale el presupuesto. Ahora hay que poner en marcha la providencia divina dejada en manos de los hombres de buena voluntad. Les hacen falta socios particulares o empresas que hagan aportaciones para poder equilibrar el presupuesto. Y ojo, que desgrava. Espero que Dios siga estando grande con nosotros.
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