En los últimos meses se ha detectado un aumento de robos en los pisos de alquiler turístico. Los ladrones se sirven del trasiego de inquilinos para colarse sin levantar sospechas. Según la policía, los métodos más usados son dos: hacer copias de las llaves, aprovechando la entrega de las mismas a cada inquilino, y el método del resbalón, ya que los turistas rara vez cierran las puertas con todas las vueltas de la cerradura cuando abandonan el inmueble.
La entrega de llaves a los inquilinos, incluso hacer nuevas copias cuando los grupos son grandes, es una práctica habitual en el sector de viviendas turísticas. No obstante, el descontrol sobre el número de llaves existentes para la vivienda conlleva un riesgo, tanto para futuros turistas como para el contenido del inmueble. Las bandas aprovechan la copia de llaves para entrar a la vivienda cuando está vacía y llevarse los objetos de más valor, principalmente tecnología y electrodomésticos. Legalmente, como no fuerzan la cerradura, no se considera un robo sino un hurto.
Para luchar contra los duplicados de llaves en el alquiler turístico, el mercado busca nuevas soluciones. Empresas innovadoras, como Hoomvip-Availroom, ofrecen un sistema de llaves digitales con el que los huéspedes pueden acceder a la vivienda, únicamente, en el periodo registrado y a través de su teléfono móvil, sin necesidad de llaves. Es un sistema que permite monitorizar tanto la apertura como el cierre y evita los robos por copias de llaves.
El método del resbalón es posible cuando la puerta no está bien cerrada, es decir, cuando únicamente tiramos de la misma sin echar la llave. El ladrón, con solo pasar una tarjeta o plástico, puede abrir la vivienda. Cerrar con un simple “portazo” es habitual entre los turistas, pero también es el sistema de cierre que ofrecen la mayoría de cerraduras electrónicas como cilindros bluetooth, cerraderos electrónicos o teclados numéricos. Con estos sistemas de apertura electrónica no hace falta forzar la cerradura para entrar.
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