La modernización del Reino de Marruecos con ciudades inteligentes, trenes de alta velocidad, transporte y telecomunicaciones de última generación, vienen señalando la voluntad de los estadistas de ese país en ubicarse a la vanguardia del progreso y crecimiento.
En prueba de ello, Marruecos pondrá en órbita un nuevo aparato espacial este 21 y 22 de noviembre de 2018, apenas a un año de haber lanzado su primer satélite al espacio.
En Noviembre del año 2017, la misión VV11 de Arianespace a cargo de un lanzador ligero europeo Vega despegó desde la base espacial de Kourou (Guayana francesa).
En la parte alta del cohete se alojaba el Mohammed VI-A, satélite de observación de alta resolución marroquí que, bautizado con el nombre del actual monarca alauita, lleva un año sirviendo en labores de beneficio civil, aunque eventualmente sus virtudes le permitan garantizar la defensa y seguridad del Reino.
Ambos satélites, el Mohammed 6-A y el Mohammed 6-B son del tipo Pleiades de 1,1 toneladas, de estructura hexagonal y con tres paneles solares, fabricados en Francia por Thales Alenia Space.
Thales Alenia Space ha proporcionado también los instrumentos ópticos que permiten a los aparatos obtener imágenes diurnas y nocturnas con una resolución de 0,7 metros, mientras que Airbus France ha construido la plataforma, los equipamientos a bordo y ha procedido a la integración del satélite.
Tanto el primero, como el que aún no fue lanzado, estarán supervisados por los técnicos de la Agencia Nacional de Conservación de Tierras, Catastro y Cartografía (ANCFCC) y del Centro Real de Teledetección Espacial, basados en inmediaciones del aeropuerto de Rabat.
Este organismo se encarga de la recepción, procesado y distribución de las imágenes en su vertiente civil. Ambos satélites tendrán un papel clave en la gestión de los recursos forestales, el seguimiento de los cambios medio ambientales y la expansión urbanística, así como en el trazado de nuevas autopistas y ferrocarriles y el apoyo a paliar las consecuencias de los desastres naturales.
Los satélites, aunque asignados a misiones pacíficas, tiene también capacidades en el plano de la defensa y seguridad, dado que eventualmente permitirán a los servicios de inteligencia marroquíes redoblar sus acciones, tanto en la lucha contra el terrorismo yihadista como en el conflicto creado por una banda separatista financiada por Argelia y autodenominada “Frente Polisario”.
Los satélites también están capacitados para controlar las extensas fronteras terrestres de Marruecos, que se extienden a lo largo de 2.362 kilómetros, y sus 3.500 kilómetros de playas.
El vertiginoso avance hacia la modernidad que protagoniza el Reino de Marruecos, se condice con la filosofía de apertura al mundo que caracteriza al Rey Mohammed VI, quien lo ha resumido diciendo que lo peor que puede sucederle a un país es aislarse de los avances del mundo.
Indudablemente, en la noche del martes 21 al 22 de noviembre, Marruecos logrará una nueva victoria estratégica en el campo de la tecnología sobre todo en el monitoreo del clima, la tierra y el mar y el desarrollo de sus campos agrícolas, ambientales, energéticos y urbanos.
Un verdadero paradigma de lo que un país puede avanzar cuando sus líderes fijan metas positivas y las persiguen con alta determinación.
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