Si el boxeo se ha conseguido colar en tu rutina fitness gracias a que practicándolo no solo se tonifican los brazos, sino que se activan todas las partes del cuerpo y ayuda a la pérdida de peso, los movimientos del rugby y sus bonanzas también te acabarán enganchando.
Beneficios físicos y mentales
Probablemente la primera imagen que te venga a la cabeza al pensar en este deporte sea la de un hombre rudo, fuerte, de unos dos metros de altura y cien kilos aproximadamente. Pues quítate esta idea de la mente porque ni la edad, ni el sexo ni la estatura te impedirán entrenar como un auténtico campeón o campeona de este deporte.
Si entre tus objetivos se encuentra tonificar, perder grasa o mejorar el rendimiento físico y mental, con este deporte lo conseguirás. Gracias a la combinación de ejercicios de cardio y resistencia que se llevan a cabo en las pruebas de contraataque, arrastre de peso, empuje en la melé, abdominales y saltos en la touche, vas a tonificar brazos, piernas, espalda, glúteos y core sin apenas darte cuenta.
Además, lejos de los que creen que practicarlo implica dolor y golpes, el rugby tiene muchos ejercicios que sirven para trabajar sobre todo la velocidad, la coordinación y la resistencia, y que no se relacionan en nada con el contacto. Por ejemplo, ejercicios básicos como las sentadillas, el running y el remo no faltan en la rutina física de los deportistas de élite del rugby.
Valores y deporte Si además de los beneficios físicos buscas que el deporte te sirva para algo más, en el rugby encontrarás valores únicos que podrás trasladar al resto de tu vida. Reina el espíritu de equipo, el compañerismo, el respeto y la humildad, se refuerza la confianza, se mejorar la destreza mental, y la clave está en avanzar.
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