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La ética profesional ausente en los estudios de protocolo

El buen hacer se aprende gracias a la ciencia deontológica
María del Carmen Portugal Bueno
miércoles, 9 de enero de 2019, 10:57 h (CET)

Los estudios de grado de protocolo y organización de eventos en nuestro país comenzaron en el curso académico 2010-2011 y carecen de la asignatura referente a la ética profesional.


La primera exigencia ética de cualquier profesión es el buen hacer profesional. Máxima que aprendí en mi tercer año de Periodismo gracias a Luka Bravnovich. Este axioma básico para un periodista, también lo es para un profesional del protocolo.


La ausencia de asignaturas relacionadas con la deontología en los estudios de grado relacionados con el protocolo es un error, como lo es en cualquier carrera universitaria. La ética profesional, o deontología, nos enseña que en las actividades profesionales tiene que estar presente la ética en un nivel de conciencia interpersonal, tal y como nos indica Bentham.


Bravnovich me enseñó que «la ética profesional es la parte de la ética que abarca por un lado la profesión con todas sus consecuencias morales y proyecciones éticas-sociales, y por otro los diferentes aspectos de la conducta y la conciencia del profesional». ¿No es este un conocimiento necesario para el profesional del protocolo?


La conciencia profesional se manifiesta en un comportamiento social responsable acerca de los deberes específicos de una profesión. Además, exige asumir un código ético mediante un proceso de socialización y poseer una madurez y equilibrio personal suficientes para estudiar, aplicar y resolver problemas profesionales.


En su concepción más amplia el protocolo se considera una profesión liberal y esta es la causa de la imperante necesidad de formación ética. Y ¿por qué? Porque la conciencia profesional actúa en cuatro niveles: conciencia personal, actitud de honestidad, capacidad para asumir las responsabilidades de la profesión, y capacidad de actuar honradamente en la profesión.


Código deontológico para protocolo

En el año 2006 la Organización Internacional de Ceremonial y Protocolo para la profesión de Protocolo aprobó el código deontológico para esta actividad. En la exposición de motivos para su aprobación se afirma que las «normas deontológicas son el conjunto de reglas que regulan el comportamiento ético de unos profesionales, quienes para serlo y por serlo han de asumirlas y respetarlas». Y se añade que «el concepto de deontología profesional se remite a principios éticos asumidos explícitamente por una profesión determinada (tradicionalmente de carácter liberal y rango universitario)».


Si esto se afirmaba en el 2006, año que no existía el grado en materia de protocolo, ¿por qué a fecha de hoy, ya carrera universitaria, no se incluye la deontología como asignatura curricular?


Debido a mi experiencia como profesora de grado y post grado de protocolo, considero necesaria la formación universitaria en deontología. Todos podemos hablar y aprobar la ética en la teoría, además esto da muy buena imagen, pero luego no se cumple en la práctica. Y esto es así, porque lo que no se conoce, ni se asimila, no se puede ejecutar ni aplicar en el día a día profesional.

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