Comenzamos el 2019 con la economía global mostrando fortaleza desde un punto de vista cíclico. Sin embargo, hay varias razones que nos llevan a pensar que el crecimiento relativamente robusto de los últimos dos años se debilitará. A continuación, analizamos estos condicionantes:
Absorción de sobrecapacidad Hoy en día, la sobrecapacidad masiva resultante de la Gran Recesión ha disminuido en gran medida. Las estimaciones al respecto no son evidentes, pero según la mayoría de las instituciones internacionales, la brecha de producción (la diferencia entre la actividad económica real y la actividad económica potencial) se cumple casi por completo en la mayoría de las regiones. Lógicamente, esto significa que el margen de recuperación económica ha disminuido considerablemente.
Progresivo endurecimiento de la política monetaria En diciembre, la Fed elevó los tipos de interés estadounidense al 2,50%; este fue el cuarto aumento del año y el noveno desde el inicio de la subida de tipos que comenzó a finales de 2015. En el 2019 la Fed debería continuar por la misma senda ascendente. Sin embargo, este aumento en los tipos de interés debería empezar a pesar sobre la actividad económica. En Europa, de momento, la política monetaria sigue siendo extremadamente flexible.
Efectos de la retirada del estímulo fiscal de Estados Unidos La economía estadounidense está en una fase de expansión cíclica. Los indicadores de confianza se dispararon, la actividad económica en el segundo y tercer trimestre superó el 3% y la tasa de desempleo se redujo a niveles históricamente bajos. Los principales esfuerzos por estimular la economía mediante la política fiscal de Trump se están haciendo este año, pero el efecto disminuirá en los próximos ejercicios.
Desaceleración de la economía china El crecimiento del crédito en China se ha desacelerado, aunque aún no ha tenido un impacto significativo en el crecimiento, al menos, según las cifras oficiales. Sin embargo, en el pasado, la desaceleración en el crecimiento del crédito siempre ha ido acompañada de una desaceleración de la actividad económica. El gobierno chino ya ha tomado medidas de estímulo monetario y fiscal para anticipar la situación, pero es probable que estas tengan un efecto retardado.
Tensiones comerciales mundiales Por supuesto, la amenaza de un proteccionismo cada vez más fuerte no está ayudando a estimular el crecimiento. Trump impuso aranceles a la importación sobre el acero y el aluminio, puso patas arriba la cumbre del G7 en Canadá y promovió impuestos a los productos chinos por valor de 250.000 millones de dólares. El futuro no está claro, pero, en cualquier caso, los indicadores de confianza sugieren una tendencia a la baja en el crecimiento del comercio mundial.
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