Hace ya algunos años que se viene poniendo la lupa en hacer visible un sector de la sociedad que durante muchos años permaneció en un segundo plano. Y es que, en España hay más de 2’8 millones de personas con una discapacidad reconocida legalmente, de las cuales aproximadamente la mitad son mujeres. Pero que tengan una discapacidad no significa que no puedan desempeñar ninguna tarea, lo que significa es que presentarán alguna dificultad para desarrollar depende de que tareas. Pero esto no es ajeno al resto de personas, se tenga o no una discapacidad, “cada uno de nosotros es bueno haciendo determinadas cosas, y probablemente excepcional en muy pocas. Con las personas que tienen una discapacidad sucede exactamente lo mismo, la clave está en encontrar su excepcionalidad” indican desde MäNGATA, profesionales del sector de la moda.
Y es que, si por términos generales las mujeres vienen sufriendo una constante discriminación por razón de género, el hecho de que tengan una discapacidad está muy lejos de ayudarlas. “Las mujeres con discapacidad sufren una doble discriminación, por razón de género y por la propia discapacidad. Sin embargo, las capacidades, habilidades y empeño que ponen en aquello que las apasiona, hace que trabajemos codo con codo sin que haya desigualdad”.
Como en innumerables ocasiones a través de la historia, la pasión ha sido el elemento clave, el nexo de unión. En el caso de MäNGATA, lo que ha unido a este grupo de mujeres es una pasión irrefrenable por la moda, algo que queda patente en cada uno de sus diseños, y que da seña de las cualidades que poseen el grupo de mujeres que hay detrás de ellos.
Las mujeres que forman este equipo destacan por su fuerza, su belleza, su sensibilidad, su inocencia, su pizca de locura y unas irrefrenables ganas de comerse el mundo y de gustar a los demás. Todo ello se traduce en una colección innovadora, sexy, sorprendente y romántica que hará las delicias de las que busquen en lo diferente su seña de identidad.
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