Es que.. yo lo he pensado. Porque... en fin... Ya que el problema del país se focaliza en la llegada de migrantes... y recuerdo aquella frase de que, si alguien tiene más derechos de permanecer en un terreno que otro, será en función de los méritos que haya obtenido y vertido sobre dicho terreno (no recuerdo el autor), entonces podemos decir, sin equivocarnos, que la mayoría de los españoles y españolas deben subirse a una patera y a tomar por culo.
¿Qué ha hecho el pueblo español para dignificar su tierra? Sólo elementos dispersos han honrado lugares, gentes en momentos históricos en que debía golpearse la mesa con el puño, artistas, poetas, mujeres buenos y hombres buenas. Agitaciones sociales en momentos cruciales... lo demás, tíos sentados en sillas de mimbre fumándose un farias, viendo pasar los coches. Ea.
Mi propuesta es que se preparen pateras, o barcos, si se tiene más compasión por los “pares territoriales” que por los “de fuera”, que puede que sí -aunque yo ya no me fío ni de mi ropa-, y que cada día, pongamos, salgan diez mil españoles y diez mil españolas, los que se haya examinado que aquí no pintan nada, pero ni aquí ni en ningún lugar, porque han estado viéndolas venir toda su vida, del bar al trabajo cuando había y del trabajo al bar y luego a casa. Gente que no ha dado un palo al agua en mover un dedo por mejorar este mundo, ni digamos este país, los de la birra en el bareto después del trabajo, que hablan de fútbol y de política, de política para criticar, o para decir la tontería que uno es mejor porque ha prometido... (jejeje), pero, en definitiva, para aceptarla y no hacer nada para combatirla o para mejorarla o para... “¡ponme otro tercio! Así le doy tiempo a la Manoli de terminar la cena y de poner la mesa”. Gentes burdas sin méritos para un país -que yo como anarquista no veo ni acepto que exista, ningún país-, pero como ellos sí, y despliegan un sofisma de sus derechos en ese ente fantasmal, pues póngome a debatir si esos derechos, por el mero hecho de haber sido sacados de sus madres a frunch frunch frunches, empuja, empuja, ya sale el gremlin, casi todos de penalti, y que han parasitado pasando de la nada a la vida y de la vida a la muerte quejándose al aire y no dando una sola idea para mejorar las cosas que critican, ni puesto en marcha proyecto alguno para progresar o evolucionar -en algún sentido- lo que les rodea.
De la gente que recala aquí de otros países con peores problemas que los que aquejan este feudo hilarante, habrá muchos -estoy seguro, visto lo visto- que los que aquí hay, cubiertos casi todos con la costra de un cansancio moral de siglos de inanidad desde que terminó la guerra civil, que han transmitido por imitación a sus hijos, por eso ahora los jóvenes son tan lacios, tan desesperanzados, no han conocido la esperanza en boca de sus padres ni valores universales, sólo han aprendido a quejarse con el cuello en alto y, por favor, no meterse con la bandera, que habrá problemas. (A excepción de muchos otros jóvenes que ya han roto cuerdas con ese pasado y avanzan con otra visión, hay muchos, pero deben reconocerse y unirse.)
Una patria a la que se la ama y a la que se la teme.
Una patria gobernada siempre por ladrones que han dejado al pueblo en los tuétanos, pueblo que culpa del frío de su alma a los que llegan llorando sangre por el mar. Pueblo inepto, inculto aún. Muchos ya no analfabetos de estudios pero sí de alma, de empatía. Este país es un hervidero de fobias. El que más tarde se enteró de que tocaba a las puertas de Europa y del mundo la Ilustración, es la tía España, creía que eran del Círculo de Lectores.
Por eso, no ya la creatividad -anda que eso es pedir muchísimo-, sino la mera razón, el sentido común, no ha calado aún por aquí, y hay miles de vírgenes, muñecos, a quienes adoran estas gentes bárbaras de mente y espíritu, que creen más en un mundo invisible, al que le piden milagros, que en el esfuerzo personal por mejorar el mundo físico. En las fiestas patronales las pasean por el pueblo, y al cristo, y qué cristo montan, eso debería estar prohibido, es antieducativo, una lesión contra el pensamiento crítico de primer orden. Llevan bolsas de palomitas de maíz en la cabeza.
Barcos llenos de idiotas. Emigrantes hacia a tomar por culo. Barquitos llenos de feas y feos (hablo del ánima) con cara de pataqueta, con banderitas de España, intentando recalar en costas lejanas y nadie dejándolos, preguntan ¿españoles? Ni de coña.
Ya se conoce qué es la españolidad en el mundo. Una chirigota. Marca España, un asesino matando toros y otros aplaudiendo. Un pueblo exprimido hasta la médula, donde los políticos duermen entre las parejas, en sus camas, y les roban hasta el jabón y la toalla cuando se largan, a hablar de política oh en la tele, con traje chaqueta, riendo, que no pasa nada, hostia. Un político riendo, calmado, ufano, cuando tres cuartas partes del mundo fenecen y estos prendas, que andan por las calles de mirandas, perdiendo el tiempo, compartiendo por las redes a quién van a votar y a quién no, como mal menor. Y criticando a los no españoles (que son como de otro planeta, los no españoles) como los causantes de todo el desastre económico.
Lamartine: “Sólo el egoísmo tiene patria ¡La fraternidad no la tiene!”. Egoístas, ciegos, estúpidos, seguirán diciendo que cuando salen de aquí y están en otro lugar echan de menos España, a la que aman. Cuanto mayor amor se tenga por España, menor coeficiente intelectual se tiene, lo investigó Sichillas Mejiro en la universidad de Ohio, en 1997, junto a su hijo Chico Ico.
Séneca saldrá a los puertos a dar la despedida a los españoles que sobran, que son millones, calculo (para dejar paso a mejores personas venidas de otros lugares, que renueven la cultura, los valores, que despierte la indolencia española a una verdadera Resistencia contra un aplastamiento de cabezas que ya no es triste sino irrisorio. Perolas tan aplastadas que cuando se ponen de perfil parecen piojos)
“No he nacido para un sólo rincón. Mi patria es el mundo.”, con esa frase despedirá un Séneca de muñeco, como los que hacen de Mickey Mouse, y mar adentro, ¡amos, tira, tira! Otra tacada de lerdos a las olas, puta mare.
En tres años -cumpliendo hoja de ruta- esto tiene espacio para... ¿bastantes, eh?
Porque es lo que os merecéis, porque no hacéis nada, tomar licorcito en el bar, euro a la maquinita de las frutitas que ruedan y leer el Marca, pues perdisteis la oportunidad, demasiado tranquilos estabais. Todo lo malo que uno desea pa los otros le vuelve a los zapatos; a tomar por culo!
Porque el problema de este país, Señores, su Señoría, Parlamento que me escucha, es que hay demasiados idiotas, peligrosos ellos, mucho. Aquí termino mi intervención y espero lo tengan presente en la nueva ley para proteger el país de la visión que, de no largar a la mitad de estos a donde sea que no sea aquí, las calles se van a llenar de tanques -con tíos con cara de endogamia pero muy peligrosos-, es que lo veo.
Su Señorita, le pido perdón por haberme excedido en mi tiempo, pero si me permite, ya veo que hace gestos de que no pero lo calzo, hemos de cambiar la bandera de España, en lugar de esas franjas tan antiguallas y que nada dicen, nuestro partido ofrece este diseño (se ve en el borrador un retrete y de él, saliendo una flor). Es todo lo que se puede decir de este lugar, hasta que cambie, Señorita. Es escatológico pero promete una esperanza, la flor...
Bienvenidos, migrantes.
Españoles, comprad brújulas y a colonizar, que de eso os habéis henchido siempre, es vuestro momento, a lograr mayores glorias. Adiós adiós. Enga, y dejad de hablar escupiendo, jodíosporculo.
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