Save the Children denuncia que tres niños han muerto en una nueva ola de bombardeos en Idlib, al noroeste de Siria. Los ataques de los últimos días han afectado a escuelas, edificios y campamentos de desplazados, expulsando a miles de personas de sus hogares. Entre las infraestructuras gravemente dañadas hay dos escuelas apoyadas por la organización.
Los tres niños eran de la misma familia y murieron en su tienda de la localidad de Khan Sheikhoun, donde habían ido a buscar refugio después de que su escuela fuera alcanzada por proyectiles, según información de Save the Children. En la misma zona, una segunda escuela fue dañada y otra en la localidad de Saraqib tuvo que suspender las clases por culpa de las bombas. Los tres colegios atienden a más de 500 niños y niñas y están recibiendo apoyo de la ONG.
El área de Idlib, donde viven más de tres millones de personas, ha sido bombardeada en los últimos días, lo que ha provocado que al menos 25.000 personas hayan dejado sus hogares, según datos de Naciones Unidas. En total, el aumento de la violencia en Hama, el sur de Idlib y el oeste de Aleppo en los últimos meses ha provocado el desplazamiento de al menos 90.000 personas.
“Una madre que vive en Khan Sheikhoun nos ha dicho que sus hijos tienen mucho miedo de ir a la escuela. Lo que estamos viendo y escuchando cada día es horrible. Pedimos que las escuelas sean un lugar seguro para la infancia. Es fundamental que los civiles, especialmente los niños y niñas, estén protegidos. La infancia es inocente y espectadora de un conflicto en el que no ha intervenido", denuncia Sonia Khush, directora de Save the Children en Siria.
Las familias huyen de sus hogares durante la noche para buscar refugio en los campamentos y regresan a sus casas durante el día para buscar sus pertenencias. "Todos estos desplazamientos están poniendo a las familias en riesgo y agotándolas física y emocionalmente. Muchos padres y madres no tienen capacidad para buscar la ayuda y educación que sus hijos necesitan", apunta Khush. Rania, una niña de 12 años, ha contado a uno de los trabajadores de Save the Children cómo tuvo que huir por culpa de la guerra: "Fui a la escuela solo un mes, luego tuvimos que irnos y no pude hacer amigos. Mi primo y yo jugamos juntos todo el tiempo alrededor de nuestra tienda, aunque no tenemos muchas cosas que hacer en el campamento. No me gusta estar aquí. Me gustaría poder volver a ir al colegio y que estuviésemos seguros”.
En toda Siria, 2,1 millones de niños y niñas no asisten a la escuela y 1,3 millones corren el riesgo de abandonarla. Uno de cada tres colegios está dañado o destruido y los ataques a las instalaciones educativas y al personal han aumentado en los últimos meses. Se estima que las bombas ya han afectado al 40% de la infraestructura escolar de todo el país.
Ante estas cifras, la organización hace un llamamiento a todas las partes del conflicto para que respeten el derecho internacional humanitario y protejan las escuelas, hospitales y otras infraestructuras usadas a diario por la población civil. En España, Save the Children ha puesto en marcha la campaña #NoALaGuerraContraLaInfancia para pedir, entre otras cuestiones, la protección específica de los niños y niñas en los conflictos armados, el compromiso con la declaración de Escuelas Seguras y la prohibición de la venta de armas a países en guerra.
Save the Children ha apoyado hasta la fecha a 3,1 millones de personas en Siria, incluidos 2 millones de niños y niñas. Prestamos servicios de salud, higiene, alimentación y nutrición, damos apoyo psicosocial, realizamos actividades de protección infantil y estamos restaurando el acceso de los niños y niñas a la educación.
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