Las legislativas españolas del 28 de abril puede que tengan un importante impacto sobre las británicas. Las Monarquías constitucionales de ambos países son las más importantes de Europa y del mundo, y dentro de estas la principal fuerza ha venido siendo la derecha que en ambos reinos ha estado gobernando. Así como el Partido Popular (PP) de España y los conservadores británicos llegaron al poder casi al mismo tiempo, ahora es posible que, tras la victoria socialista en los comicios españoles, se produzca una del laborismo en las elecciones británicas (empezando por las locales y europarlamentarias de mayo, lo cual podrá presionar para un adelantamiento de los comicios generales).
PP Hasta este domingo el PP había ganado todas las 3 elecciones generales que había tenido España en esta década (2001, 2015 y 2016), así como también los conservadores lo han hecho en las últimas 3 elecciones generales (2010, 2015 y 2017). En España el PP ha sido la primera fuerza electoral en todas estas desde el 1996 (con la excepción de las del 2004 y 2008). En el 2011 Mariano Rajoy logra el mejor resultado del PP cuando este saca casi 11 millones de votos y el 45%.
Un año antes David Cameron había logrado que los tories británicos desplacen a los laboristas que habían estado 13 años en el gobierno, aunque con un menor porcentaje electoral que sus pares españoles, lo cual le obligó a tener que realizar la primera coalición de gobierno entre conservadores y liberales en la historia británica.
En agosto 2018 el presidente español Mariano Rajoy recibe un voto de censura con lo que el PP, pese a ser la primera fuerza, pierde el gobierno en manos del socialista Pedro Sánchez. Para este último realizar una buena administración era complicada debido a la mala aritmética dentro del parlamento y a su falta de legitimidad popular. En las pasadas elecciones (2016) el PP obtuvo un 33% frente a menos del 23% de los socialistas.
Sánchez busco el momento oportuno para adelantar los comicios y ha logrado casi duplicar el número de diputados y del porcentaje electoral de sus rivales históricos del PP. Los socialistas no han crecido mucho pues han pasado de poco menos del 23% a poco menos del 29% de los votos y han de gobernar con menos del tercio del electorado, algo altamente inusual tanto para Madrid (como también para Londres).
Lo que destaca en las legislativas españolas ha sido el desplome del PP. Este partido, desde que compitió en las elecciones de 1989 sacando el 25.8% de los votos siempre en adelante sacó porcentajes superiores llegando en el 2000 y 2011 a bordear el 45% de los votos.
El Partido Popular fue una inspiración para el resto de la derecha europea, la cual decidió tomar su nombre para designar a la fracción del euro-parlamento que hoy lidera a la Unión Europea: el Partido Popular Europeo.
Sin embargo, esta vez el PP ha perdido al menos la mitad de sus votos y de sus diputados. Ha caído desde tener un 33% al 16.7% de los sufragios y de 137 a 66 curules.
Nuevas derechas Es más, apenas ha conservado el segundo puesto superando por 8 décimas de punto a la centro-derecha de Ciudadanos, por 2.4% al izquierdista Unidas Podemos y por 6.4% al ultraderechista Vox quien por primera vez irrumpe en el parlamento español.
El PP se ha desgastado por la corrupción, recesión y desempleo que se dio durante su administración y porque ha sido desbordado por su flanco duro mediante la emergencia de una extrema derecha machista, socialmente conservadora y ultranacionalista española (Vox) y por su flanco moderado por la rejuvenecedora Ciudadanos.
Algo similar puede ir pasando con el conservadurismo británico quien en las elecciones locales y europarlamentarias de mayo está a punto de recibir fuertes palizas electorales. Por su lado duro los tories son jaqueados por el UKIP y el nacimiento del Partido del Brexit de Nigel Farage (quien cuenta con el apoyo explícito de muchos conservadores) y por su lado moderado acaba de crearse el nuevo Grupo Independiente Cambio UK fusionando parlamentarios anti-Brexit del conservadurismo y del laborismo.
Mientras en España es la derecha moderada la que más merma al PP, en Reino Unido lo es la más dura y euroescéptica.
Una eventual alianza del centro pro-europeo (demo-liberales, Cambio UK y verdes) no es factible debido a las fuertes diferencias programáticas y ambiciones partidarias de sus 3 componentes, pero, en caso de haberse dado, bien pudiera disputar el primer puesto en las euro-parlamentarias británicas y en crear una fuerza mayor que Ciudadanos. Ciertamente que muchos ex laboristas, liberales y, sobre todo verdes, no se consideran de derecha y están a la izquierda de esta formación española.
Sánchez y Corbyn Algo que diferencia al Reino Unido del reino español es que la izquierda está unida en un solo partido. Jeremy Corbyn es más afín a Pablo Iglesias de UP, pero dirige al partido histórico de la socialdemocracia británica (el laborismo). Para decirlo en pocas palabras en Reino Unido el PSOE está dirigido por Podemos.
Claro que hay organizaciones a la izquierda del laborismo (como los verdes o diversos partidos trotskistas) pero estos no logran mayor éxito en elecciones al parlamento británico debido a que solo entran allí los candidatos que ganen bajo representación proporcional alguna sino en cada uno de los 650 distritos electorales.
El desplome del partido tradicional de la derecha que estamos viendo en España es un fenómeno que, con sus propias características, se ha dado antes en Francia con la elección del centroderechista rejuvenecedor Emmanuel Macron quien desplazó a los republicanos.
La irrupción de derechistas duros como el norteamericano Donald Trump, el brasileño Jair Bolsonaro, el colombiano Iván Duque o el israelí Benjamín Netanyahu es también un problema para la derecha histórica pues divide sus fuerzas y, si hay una izquierda astuta (como lo ha demostrado ser Sánchez y puede ser Corbyn) esta puede sacar ventaja de ello. Algo que trabaja en favor del conservadurismo británico es el sistema uninominal de elección del parlamento, el cual ha hecho que antes cuando el UKIP sacó en el 2015 un 14% de los votos solo consiguiera 1 de los 650 parlamentarios y que en 1983 cuando la Alianza Liberal-Socialdemócrata superó el 25% de los votos apenas obtuvo un 5% de las bancas.
Sin embargo, en las elecciones locales y luego en las europarlamentarias que van a darse en mayo en Reino Unido si pueden impactar fuerzas menores. Esto va a hacer que los tories puedan perder en ambas y hasta quedar terceros y tras el Partido del Brexit en las europarlamentarias. Todo ello va a dar acicate su guerra civil interna.
El laborismo también va a ser jaqueado por el partido del Brexit y por las formaciones pro-UE, pero su fortaleza está en que tiende a ganar los comicios y que en las elecciones generales puede arrasar ya que hoy encabeza las encuestas como la única alternativa que puede re-cambiar a los conservadores.
El desangre que estamos viendo en el partido tradicional de la derecha española (por un lado de los duros de Vox y por otro de los moderados de Ciudadanos) se puede repetir en elecciones donde hay cierta clase de representación proporcional (como las locales, escocesas, londinenses o galesas, y las euro-parlamentarias), pero no en las parlamentarias, donde el sistema ha de trabajar en favor de los tories. No obstante, la emergencia de un flanco duro (UKIP y Partido del Brexit) y de uno moderado (Cambio UK) puede terminar produciendo pérdidas de votos que reduzcan drásticamente la futura representación tory en el siguiente parlamento, algo por lo cual este partido duda en apuntalar una censura parlamentaria a May que de paso a elecciones generales.
Queda por verse si el giro español, que ya tiene antecedentes en Portugal y Grecia, puede extenderse al resto del continente y si en las elecciones que se van a dar simultáneamente en las 28 naciones de la Unión Europea el Partido Socialista Europeo logra quitar peso al Partido Popular Europeo.
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