La primera ministra Theresa May arrinconada por la oposición que genera dentro de sus propios parlamentarios conservadores está obligada a irse muy probablemente a un mes de terminarse mayo.
Ella es la única jefe de gobierno en la historia británica en haber perdido por 230 votos en el parlamento y también la única en haber sido declarada por la cámara de los comunes de estar repudiando al parlamento. Todas sus 3 planes sobre el Brexit han sido rechazados y un eventual cuarto solo podría pasar siendo co-redactado con el laborismo, algo muy difícil de darse y que, además, incendiaria a gran parte de la bancada de su partido.
A una semana de los comicios europeos los laboristas han tenido que anunciar la ruptura de las negociaciones con May pues ella no quiere aceptar una unión aduanera con Europa y porque continuarlas viene haciendo que su descrédito salpique al partido rojo.
LA DEBACLE DE MAY
May ha llevado a los tories a perder más de 1330 concejales y un tercio de los 163 municipios que controlaban en las elecciones locales de Inglaterra del 2 de mayo. No obstante, se espera una catástrofe aún mayor en las elecciones al parlamento europeo del 23 de mayo. Algunas encuestas colocan a los azules apenas en un 12%, casi la cuarta parte del porcentaje con el cual May fue electa y por debajo del Partido del Brexit, del Laborista y del Liberal-Demócrata. De darse esto, ello implicaría la peor derrota que haya tenido un partido en el poder, pues nunca antes uno habría quedado cuarto o tan mal en unos comicios a nivel nacional. Los conservadores siempre suelen ubicarse entre los dos primeros puestos.
Algo que viene socavando mucho a May es que muchos donantes, militantes y electores tradicionales del conservadurismo se han ido en masa al nuevo Partido del Brexit de Nigel Farage, el cual reclama ya tener más miembros cotizantes que los tories. Farage, al desprenderse de los elementos más ultras y xenofóbicos del UKIP, puede terminar haciendo naufragar a su ex partido y hacer que el suyo se convierta en la casa de los tories euroescépticos.
De todos los jefes de gobierno británicos que ha tenido Elizabeth II en sus 68 años de reinado May ha sido la que ha mostrado más debilidad. La única otra mujer que ha llegado al premierato después de Margaret Thatcher ha tenido más ministros renunciantes en menos de 3 años en el poder que la dama de hierro en su oncenio de gobierno.
BORIS SE LANZA AL RUEDO
Si se va May, ¿quién puede reemplazarla? Hay una serie de opciones pero el más popular de todos es alguien quien acaba de anunciar su candidatura: Boris Johnson.
El problema con el ex alcalde londinense y el gran paladín de la victoria del Sí en el referéndum del Brexit, es que la mayoría del parlamento va a rechazar su planteo de dar paso a una ruptura dura e inmediata con la UE. Esto va a requerir que él adelante las elecciones generales, una jugada muy peligrosa que él solamente se atrevería a hacer si logra un pacto con Farage.
Paradójicamente entre Boris y Nigel hay una suerte de simbiosis. Boris se montó sobre la prédica de décadas que el UKIP había hecho contra la UE para capitalizar ello y ahora va a quererse aprovechar del ascenso del nuevo Partido del Brexit para ser primer ministro. Esta vez, sin embargo, Farage puede poner condiciones.
Unas eventuales elecciones generales son un riesgo para los conservadores, especialmente si no llegan a un acuerdo con Farage. Algunos sondeos colocan al Partido del Brexit por delante de los tories en unas eventuales legislativas tanto en número de votos como de parlamentarios. En caso de presentarse divididos esto puede conllevar a que Corbyn se convierta en la primera fuerza y hasta que Johnson puede perder su curul.
Una posible alianza entre los partidos de la derecha británica podría terminar quebrando a los conservadores, el partido que más tiempo ha gobernado en la historia mundial
Recientemente ha habido 3 parlamentarios y 2 europarlamentarios tories que renunciaron a sus longevas militancias para fusionarse con disidentes laboristas y crear el Grupo Independiente. Un probable pacto entre un líder conservador pro-Brexit duro y Farage esta vez pudiese llevar a una crisis mayor teniendo a líderes históricos pro-UE como el ex primer ministro John Major y su ex vice Michael Heseltine o al padre del parlamento Kenneth Clarke así como a números miembros de la cámara de los comunes teniendo que optar entre quedarse dentro del partido para sabotear a su nuevo líder o hacer tienda aparte.
CRISIS HISTÓRICA CONSERVADORA
Todo indica que en estas euro-elecciones los tories van a tener una estrepitosa derrota electoral, la cual puede ser la peor de su tri-centenaria historia.
Se avecina una guerra civil entre conservadores, la cual no solo va a darse por ver quién será el sucesor de May sino será una sobre el alma del partido e, incluso, sobre sus posibilidades de mantenerse unidos.
La crisis podría salpicar a los laboristas quienes vienen de tener un mal resultado en las elecciones locales y pueden quedar golpeados en las euro-parlamentarias. Corbyn va a tener que defenderse de todos aquellos que busquen socavar por no pronunciarse abiertamente contra el Brexit.
Si el laborismo preserva su unidad este podría estar en mejores condiciones de demandar adelantar las elecciones generales.
Un eventual gobierno de la derecha dura pro-Brexit haría que la oposición se uniera bajo el planteo de un referéndum ya sobre el Brexit, algo que hoy el laborismo oscila mucho en hacer.
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