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Etiquetas | Brexit | Política | Reino Unido

Fracasan las negociaciones entre el Gobierno y la oposición para ir a un Brexit blando

Los dos grandes partidos de Inglaterra se encuentran muy fragmentados
Isaac Bigio
domingo, 19 de mayo de 2019, 10:34 h (CET)

A menos de una semana antes de las elecciones europeas del jueves 23 de mayo se rompieron las negociaciones entre la primera ministra Theresa May y el líder de la oposición Jeremy Corbyn acerca de una posible fórmula del Brexit.

Esto implica que ya no es posible, por ahora, una transacción que pudiese conseguir una mayoría en el parlamento, por lo que cualquier propuesta de Brexit va a ser rechazada por éste, a menos que vaya junto al planteo de que puede ser ratificado por la población mediante un referéndum.


Mientras todos los partidos menores tienen una posición unánime y muy definida a favor o en contra del Brexit, los dos grandes partidos que suman más del 90% de los parlamentarios de Inglaterra se encuentran muy fragmentados.

Los conservadores están divididos entre quienes quieren un Brexit duro, inmediato o sin acuerdo con la UE y quienes quisieran mantener la mayor cantidad posible de lazos con la UE (e incluso quedarse en ésta o pedir un referéndum).

Los laboristas están también divididos pero entre quienes quieren un Brexit blando manteniendo una unión aduanera con la UE y una mayoría que quiere seguirse quedando en la UE y que demanda un segundo referéndum.


Un posible acuerdo entre los dos jefes de ambos partidos puede conllevar a la ruptura de ambos. Boris Johnson y varios miembros del ala dura del conservadurismo no están dispuestos a aceptar ninguna forma de mercado común o unión aduanera con la UE. Yvette Cooper y varios miembros del ala pro-europea del laborismo no van a aceptar ningún acuerdo sin que se le someta a un nuevo referéndum.


Las conversaciones entre May y Corbyn, en vez de haber potenciado a ambos, han debilitado a sus respectivos partidos. Esto se ha visto en las elecciones locales que se dieron en la mayoría de las regiones de Inglaterra fuera de Londres el pasado jueves 2 de mayo. En estos comicios ambos perdieron (sobre todos los tories que vieron esfumarse a un tercio de los municipios que regentaban) mientras que los grandes ganadores fueron candidatos independientes, los liberal-demócratas (quienes más concejales y municipios conquistaron) y los verdes (quienes más multiplicaron su número de concejales).


Para los comicios europeos de este jueves 23 los dos grandes partidos no la están pasando bien. En las encuestas los tories se han desplomado llegando a estar a menos de la mitad de las intenciones de voto por el nuevo Partido del Brexit (quien lidera los sondeos) e incluso a estar por debajo de los liberales o los verdes. Los laboristas que deberían encabezar las encuestas andan segundos después del Partido del Brexit.


En su publicidad los rojos se presentan como el partido que puede unir al país y a los que están a favor o en contra de la UE, pero ese argumento no vale tanto en una elección tan centrada y polarizada en torno al tema del futuro con la UE.

Si los 3 partidos pro-UE en Inglaterra hubiesen hecho una alianza electoral, un bloque seguir en la UE (“Remain” en inglés) hubiese desplazado al laborismo al tercer lugar y hoy estaría peleando el primer puesto con el partido del Brexit. Esto hubiese implicado el haber transformado estos comicios en una antesala de un referéndum entre los que quieren Brexit o Remain.


Tras la ruptura del diálogo entre May y Corbyn ambos quedan mal, pero sobre todo la primera ministra que ya no tiene planes claros, quien apunta a liderar a su partido a la mayor catástrofe electoral de su tri-centenaria historia y quien tiene los días contados.


Por su lado Corbyn debe pasar a la contraofensiva y buscar salvar la imagen de su partido para proyectarle como el único que puede detener a Nigel Farage, a quien acusa de racista, islamo-fóbico, xenofóbico y ultraderechista, de poder ganar en las urnas este jueves y con ello presionar al gobierno a ir hacia un Brexit duro y sin acuerdos.

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