El Valencia CF ha conquistado este sábado la Copa del Rey al ganar al FC Barcelona (1-2) en el estadio Benito Villamarín para poner la guinda al pastel en el año de su centenario y completar una gran temporada con un título en el que la han robado la corona a un Barça que buscaba la quinta Copa consecutiva y que se ha quedado sin doblete. Se fue el Valencia con un 0-2 al descanso, aprovechando los errores de un Barça que saltó al feudo bético como si fuera Anfield, con Piqué sacando sobre la misma línea un tiro de Rodrigo tras un regalo de Lenglet. Los 'che', sin hacer demasiado más que estar bien colocados y acertados, cogieron una ventaja que supieron defender ante un Barça que fue a más pero que se quedó sin tiempo.
Había ganado dos de las tres finales entre ambos equipos el Barça y siempre en la prórroga. Buscó ese tiempo extra, esa posibilidad de volver a superar a los valencianistas de ese modo, pero se quedó sin ideas. Leo Messi, autor del 1-2, fue el mejor y envió antes un balón al palo con Doménech, el héroe 'che' en la segunda parte, ya superado.
Terminó el Barça con una imagen mucho mejor que la de Liverpool, en el deshecho europeo por el que pidió perdón Messi en la previa de esta final. El '10' cree que entonces no compitieron, y esta vez en el Benito Villamarín sí lo hicieron, encerrando al Valencia, abriendo el campo y con cambios acertados --Malcom y Vidal le dieron vida al equipo-- gozaron de buenas ocasiones.
Desde el gol de Messi en el minuto 73, cuando recogió un rechace de una parada increíble de Doménech a remate de cabeza de Lenglet en un córner, el Valencia supo que tenía que irse atrás y buscar la contra. El Barça aceptó el reto y Piqué jugó los últimos minutos de '9', intentando coger algún centro de Alba y Malcom desde las bandas. Pero hubo más ganas que acierto y atino.
No llegó ese gol, y se quedó por el camino el intento de lograr el noveno doblete de Liga y Copa en la historia blaugrana. Por contra, fue el Valencia quien se hizo con su octava Copa del Rey, con su primer título desde que en 2008 ganaran su última Copa, y lo logran en el año de su centenario, que ya tiene su página de oro.
Dani Parejo, que no pudo terminar el partido por unas molestias, sí pudo levantar bien alto, bien al cielo de la calurosa Sevilla, la Copa del Rey que vuelve a meter al Valencia en la elite española. Con las pautas bien marcadas desde el banquillo, con un Marcelino García Toral que se dejó el alma junto a sus jugadores, el Valencia anuló a Messi, le aisló, y aún así el '10' fue el mejor.
Reaccionó Ernesto Valverde, mejoró el Barça tras verse con dos goles que remontar, pero de nuevo pagaron su ineficacia y su entrar con el pie izquierdo al campo. Lenglet habría regalado un gol a los cinco minutos de no ser por Piqué; y, en la primera ocasión del Valencia, Kevin Gameiro fusiló a Jasper Cillessen.
El francés remató en el área, recortando a un Jordi Alba que llegaba tarde, después de que José Luis Gayà le pusiera un gran centro sin oposición en la banda izquierda. Y once minutos después Rodrigo Moreno marcó de cabeza, libre de marca con Semedo señalado de nuevo, como en el primer gol, un centro de Carlos Soler tras ganarle una carrera a Jordi Alba.
Antes del descanso Ivan Rakitic y Leo Messi pudieron marcar, sobre todo el delantero argentino, que remató seco y perfecto pero se topó con una gran mano dura voladora de Jaume Doménech, que se salió en esta final. Aguantó el tipo para llegar con 0-2 al descanso, lo repitió cuando más apretó el Barça y sin poder hacer nada en el 1-2.
Pudo cerrar el partido y matarlo el Valencia en los minutos finales, con el Barça volcado arriba. Pero Gonçalo Guedes falló un mano a mano clarísimo tras una larga carrera ante Cillessen y luego Busquets cortó un pase cuando le atacaban tres valencianistas y estaba sólo por delante del neerlandés. Messi buscó el gol del empate, intentando dañar esa permisividad 'che', pero ni así.
El Valencia le birla la corona de campeón de la Copa a un Barça que se quedó sin su quinto título copero consecutivo. Le robó la oportunidad de firmar otro doblete y de salvar una temporada marcada ahora por Anfield y ahora también por el Benito Villamarín. El Valencia quiso festejar su centenario y lo hizo, se lo trabajó y lo mereció. Sevilla ya tiene otro color especial, y es el blanco valenciano.
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