La Cámara de los Comunes está por abrir la posibilidad de que se aprueba una moción respaldada por todos los partidos de oposición y por algunos conservadores “moderados” que nuevamente vetar cualquier intento gubernamental de salirse de la Unión Europea sin acuerdos.
Esto implicaría cerrarle las puertas a todas las propuestas que han venido haciendo varios candidatos por el liderazgo tory quienes han prometido que ellos si son electos al premierato van a imponer la ruptura con la UE el 31 de octubre con o sin acuerdo, e, incluso, con la posibilidad de suspender el parlamento en octubre para evitar que este pudiese votar en contra suyo.
Si esta moción opositora pasa (y hay muchas posibilidades que ello ocurra), esto ha de dar mucha fuerza a los candidatos que apuestan por una salida negociada con la UE aunque ello implique diferir la fecha de salida. De otro lado, para quienes promueven una salida “como sea” de la UE el 31 de octubre la única manera que podrían lograr ello es modificando la composición del actual parlamento en la cual ningún partido ni propuesta de Brexit tiene mayoría absoluta. La única forma de hacer ello es adelantando las elecciones generales.
Los conservadores están aterrados de ir a nuevas elecciones sin que hayan podido lograr su promesa de dar paso a la ruptura con la UE. En las euro-elecciones del jueves 23 de mayo por primera vez en su tri-centenaria historia ellos quedaron en el quinto puesto, con menos del 9% de los votos y perdiendo en todos los 650 distritos electorales. Si eso se repitiese, la mayoría de los 313 parlamentarios tories perderían su asiento en la cámara.
El único candidato tory que podría estar en condiciones de liderar a su partido en unas elecciones generales es el mayor conductor de victorias electorales que hay en UK: Boris Johnson. Sin embargo, si él fuese el nuevo primer ministro y adelantase las elecciones generales hay el riesgo que él podría realizar una jugada tan mala como la que Theresa May hizo en el 2017 cuando su estrella estaba en lo alto y ella, a la postre, perdió la mayoría absoluta del parlamento.
Jeremy Hunt, Secretario de Estado de relaciones exteriores y candidato en las internas tories, ha advertido que en unos comicios adelantados tanto él como otros ministros perderían su banca, que los conservadores serían aplastados y desfasados por la derecha anti-europea por el Partido del Brexit de NIgel Farage y por el centro pro-europeo por los liberal-demócratas, y que en medio de todos se colaría Jeremy Corbyn para llegar al poder.
Johnson podría buscar ganar unas elecciones generales copiándose varios lemas de Farage sin aliarse abiertamente con él (tal como lo hizo en el referéndum del 2016) para evitar que un sector de la militancia y del electorado conservador rompa con él, o tal vez haciendo un pacto con Farage para evitar la división del voto de la derecha (pero este podría hacer que gran parte de los simpatizantes tories moderados se inclinen hacia los liberales o laboristas).
Por más genio que es Boris en ganar comicios cualquier elección que él llame o que sus acciones desencadenen le sería muy difícil ganarlas y él podría, ultimadamente, terminar trabajando para el triunfo de Jeremy Corbyn.
Si esto último pasase el hombre que sacó a los rojos e izquierdistas de la alcaldía de Londres en 2008-2016 derrotando a Ken Livingstone, el entonces gran aliado de Jeremy Corbyn; hoy podría ser el que ayudase a que Reino Unido termine eligiendo al gobierno más socialista de su historia.
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