Desde que 6 países crearon en 1951 lo que gradualmente se convertiría en la Unión Europea que hoy está compuesta por 28 miembros, esta nunca ha aceptado la fragmentación de ninguno de sus miembros, pero si ha incentivado la de otras naciones que han buscado influir o absorber. Hoy se produce un nuevo fenómeno cuando el Reino Unido se prepara a ser el primero de los integrantes de dicho bloque continental en buscar salirse de éste. Esto pasa mientras que 2 de los 4 países componentes de dicha monarquía (Escocia e Irlanda del Norte) discuten la posibilidad de separarse del Reino Unido para quedarse en la UE. Todo ello ha de tener una gran gravitación en la política mundial.
DIVISIÓN DEL “BLOQUE SOCIALISTA”.
Tras la caída del muro de Berlín en 1989 lo que hoy es la Unión Europea buscó expandirse hacia el este fragmentando a todas las “federaciones socialistas” de Europa oriental a fin de ir integrando varios de sus pedazos.
Así, Alemania capitalista absorbió a la “comunista” y ésta a la cabeza de la UE alentó la desintegración de la Unión Soviética, Yugoslavia y Checoeslovaquia donde todas sus repúblicas federativas terminaron separándose.
La UE dividió a checos y eslovacos para luego integrarlos en su seno, propició la disolución de la URSS entre sus 15 repúblicas componentes hasta que luego incorporaría a las 3 ex soviéticas del mar Báltico a su seno (Lituania, Letonia y Estonia) e incentivó la guerra fratricida de Yugoslavia que terminó por partir a esa confederación en 7 pedazos, de los cuales 3 están ya en la UE (Eslovenia, Croacia y Bosnia-Herzegovina) y el resto está en su periferia (Serbia, Montenegro, Macedonia y Kosovo, esta última no reconocida por Naciones Unidas).
La UE incluso ha chocado con Rusia pues ha buscado absorber a otras repúblicas ex soviéticas como Moldavia, Ucrania y Georgia, pero Moscú se lo ha impedido a la par que dentro de todos estos países ha fomentado la escisión de territorios dominados por otras etnias que buscan la protección rusa.
La expansión de la UE ha ido usualmente acompañada con la de la OTAN, la cual ha participado en las guerras que han fragmentado a Afganistán, Irak, Siria y Libia.
Reino Desunido
El Reino Unido consta de 4 países (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte), todos los cuales son parte de la UE, además de Gibraltar, el único de los 14 territorios ultramarinos de la corona británica en conformar parte de ese bloque continental.
En el referéndum del 2016 poco menos del 52% de la población del Reino Unido decidió por salirse de la UE, pero el 56% de Irlanda del Norte, el 66% de Escocia y el 96% de Gibraltar votaron por quedarse. La opción de salirse de la UE fue lograda fundamentalmente en Inglaterra y basada en los pueblos chicos y medianos de dicho país (y de los adyacentes de Gales), mientras que Londres y las principales urbes inglesas votaron por mantenerse en la UE. Durante 3 años la primera ministra británica Theresa May fracasó en lo que fue la misión central de su gobierno (efectuar el Brexit). Esto se ha debido a los problemas que han venido poniendo muchos sectores pro-UE y, especialmente, Irlanda del Norte y Escocia.
En las elecciones europeas del 23 de mayo los partidos que promueven la salida inmediata de la UE este 31 de octubre sumaron el 35%, pero los que votaron por mantenerse en la UE juntaron el 42%. Es de destacar que esta vez los partidos pro-UE ganaron en todos los 4 países del Reino Unido y en Gibraltar. El laborismo que ha oscilado entre querer establecer un mercado común con Europa o llamar a un referendo para quedarse en la UE descendió del segundo al cuarto lugar sacando menos del 17% y los conservadores que al final se acercaron a esa posición bajaron a menos del 9% obteniendo el peor resultado que haya sacado este partido con 3 siglos de historia.
Hoy los conservadores apuntan a elegir a un primer ministro que prometa salirse de la UE para el día de las brujas. El problema está en que va a tener que enfrentarse a la furia de millones de personas, los cuales no son fantasmas ni personajes de ficción. Especial problema lo constituyen la mayor metrópolis del país que se prepara para una megamarcha el 12 de octubre en pro de una consulta popular, y, sobre todo, Irlanda del Norte y Gales.
Irlanda del Norte
La isla irlandesa ha estado tradicionalmente compuesta por 32 condados, pero cuando Londres aceptó el autogobierno de Irlanda decidió partirla. En 26 de sus condados aceptó un Estado que devino en república independiente, pero en los 6 condados nor-orientales, aquellos donde había una leve mayoría protestante y unionista (en gran parte descendientes de colonos británicos), creó Irlanda del Norte la cual es uno de los componentes del país que precisamente se llama “Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte”.
Esta escisión es algo que tradicionalmente ha rechazado la minoría nacionalista, católica o republicana de Irlanda del Norte que ha seguido teniendo sus propios barrios y escuelas, haciendo homenaje a la tricolor irlandesa, jugando los deportes gaélicos y hablando frases en el idioma gaélico que es co-oficial en Irlanda pero que los unionistas no quieren reconocer en Irlanda del Norte. Por su parte la cada vez más reducida mayoría protestante o monárquica en Irlanda del Norte siempre ha buscado darles mejores privilegios a los miembros de su comunidad y mantener a toda costa el Reino Unido.
Dicho choque condujo a 3 décadas de gran violencia entre los fines de los sesentas hasta los noventas, tras lo cual se firmó en abril 1998 el acuerdo de pascuas mediante el cual se desarmaron las bandas paramilitares y el Ejército Republicano Irlandés (IRA) cuyo brazo legal, el Sinn Féin hizo co-gobierno con los unionistas y ha devenido en el partido que lidera la alcaldía de Belfast y que más votos ha sacado en toda la isla irlandesa.
Como parte de esos acuerdos la República de Irlanda tiene cierta injerencia en Irlanda del Norte y no hay ninguna clase de controles fronterizos entre ambos territorios. Ese libre tránsito de persona y mercancías ha sido garantizado por el hecho que Irlanda y Reino Unido entraron juntos oficialmente a la Unión Europea en 1973.
Ahora en Irlanda del Norte hay un gran problema. Si el Reino Unido se sale de la UE ello equivale a que van a darse diferencias de impuestos a los productos que entran a ambos territorios y que no va a continuar el libre tránsito de personas y de mercancías. Todo ello ha de conllevar a que se re-introduzcan formas de control aduanero.
Para evitar ello May y la UE aprobaron que por un tiempo el Reino Unido y la UE iban a mantener el mercado común hasta que se encuentra una salida al problema irlandés, y se abría la posibilidad de que en algún momento el control de fronteras se diera no entre Irlanda e Irlanda del Norte, sino entre la isla irlandesa y la británica. Esto último generó el veto de los unionistas que tienen los 10 votos parlamentarios necesarios para evitar que caigan los conservadores del gobierno. Para ellos cualquier modificación del status de Irlanda del Norte como parte indisoluble del reino Unido es algo que atenta a sus principios.
Sin embargo, si se rompe con la UE (especialmente sin acuerdos) no hay manera de evitar que se re-introduzcan esos controles que son rechazados por la gran mayoría de los irlandeses de ambos pedazos de dicha isla. En las últimas euro-elecciones hubo una proporción más alta de votantes en Irlanda del Norte que en Gran Bretaña y allí los partidos pro-UE ganaron 2/3 de los votos y de los euro-diputados, lo que implica un crecimiento de 10 puntos en relación al referendo pasado, mientras que los pro-Brexit sumaron un tercio, un retroceso de 10 puntos frente a dicho plebiscito del 2016.
La UE se opone a que una Cataluña independiente siga siendo parte de su bloque continental, pero sin embargo sí acepta que Irlanda del Norte si se separa del Reino Unido pueda seguir en su seno, especialmente si se reunifica con la República de Irlanda.
La posibilidad de un referéndum en pro de la reunificación de la isla es una demanda que va a ir creciendo. Hoy la asamblea y el autogobierno en Irlanda del Norte están suspendidos y eso hace más difícil la paz y el consenso internos.
El Nuevo IRA ha empezado a hacer atentados y hay varias protestas que buscan impedir que se puedan re-instalar controles fronterizos.
Escocia
Este país ocupa el tercio norte de la isla británica y ha pasado la mayor parte de su historia con una existencia muy independiente a la de Inglaterra. A diferencia de esta última y de Gales nunca fue dominada por los romanos y solamente se les unió en 1707 conformando el Reino Unido.
En Escocia la principal religión es el protestantismo presbiteriano donde los líderes son electos, mientras que en Inglaterra lo es la iglesia oficial anglicana gobernada directamente por la corona. Escocia mantiene su propio sistema de leyes basados en un código (mientras que en Inglaterra y Gales la ley se rige por precedentes jurídicos), imprime su propia libra esterlina, posee su propio sistema de salud y educación (allí la universidad y las prescripciones médicas son gratuitas, a diferencia de Inglaterra y Gales), y tiene su propio parlamento con poderes para recaudar y distribuir impuestos. Los escoceses tienen su propia forma muy diferenciada de hablar el inglés. Además, un cuarto de ellos habla el “Scot” (un dialecto del inglés que algunos consideran un idioma aparte) y una pequeña minoría sigue hablando un idioma celta oriundo de Escocia.
En el 2000 se restableció el parlamento de Escocia a la par que se creaban las asambleas de Gales y de Londres. Tras 8 años de gobiernos laboristas, desde el 2008 hasta hoy el Partido Nacionalista Escocés (SNP) ha gobernado dicho país durante 3 mandatos consecutivos logrando mantener siempre alrededor de 2/5 de los votos. Debido a su gran peso en escocia son el partido que tiene la mayor representación parlamentaria en relación al porcentaje electoral nacional. En el actual parlamento cuentan con 35 de los 59 miembros de la cámara de los comunes asignada a Escocia, aunque en el 2015-17 ellos lograron tener 56 parlamentarios (casi monopolizando la representación de Escocia en Westminster). El retroceso que tuvo el SNP en las elecciones del 2017 se debió a que los conservadores escoceses aparecieron muy pro-UE, pero ahora este partido está allí en crisis y retroceso pues su nuevo líder va a querer salirse de la UE con o sin acuerdo el 31 de octubre, algo que les quita fuerza.
En las últimas euro-elecciones el SNP obtuvo el 38%. Esto implica que creció 10 puntos más con respecto a las euro-elecciones pasadas (2014) y a que allí sacó más votos que la suma de los 3 grandes partidos británicos tradicionales (conservadores, liberal-demócratas y laboristas), todos los cuales quedaron tras el Partido del Brexit que sacó menos del 15% y también menos de la mitad de los votos que el SNP.
A medida que el SNP se siente unido, fuerte y en avance cree que se gestan las condiciones para pedir un nuevo referéndum sobre la independencia, algo que ha planteado la premier escocesa Nicola Sturgeon para que pueda efectuarse en el 2020.
En el 2014 el SNP perdió en el referéndum sobre la independencia de Escocia debido a que entonces los conservadores y liberales estaban fuertes en el poder y los laboristas mantenían una significativa influencia en Escocia. Además, la UE les advirtió, tal y cual lo haría también frente a los catalanes, que si se separaban de Inglaterra se iban a salir también de la UE.
Esta vez la situación es diferente. Los conservadores vienen de sacar la peor votación de su historia (perdiendo en los 650 distritos electorales del Reino donde totalizaron menos del 9% y quedando quintos, incluso tras los verdes que apoyan la independencia escocesa) y los laboristas acabaron quintos en Escocia. No hay ningún partido fuerte capaz de hacerles contrapeso en Escocia.
Además, ahora el argumento que antes utilizó Londres para convencer a muchos indecisos a optar por rechazar la independencia (que era que el divorcio con Inglaterra implicaría el divorcio con la UE) se ha tornado en su contra. La UE, encima, coquetea con la posibilidad con permitir que Escocia pueda quedarse en o regresar a la UE en caso que se de el Brexit.
Por eso no es casual que el miércoles 19 de junio en la sesión semanal de preguntas a la primera ministra el vocero del SNP dedicara todo su tiempo a atacar a Boris Johnson presentándolo como un racista que en la revista que editaba publicó un artículo donde acusaba a los escoceses de ser una raza agusanada que merecía ser encerrada en guetos.
Ya el SNP se viene preparando a una guerra verbal contra el futuro primer ministro a quien va a tildar de enemigo de Escocia y demandar un nuevo referéndum para mantenerse en la UE y dentro de la regencia de Elizabeth II pero separándose del Reino Unido, el cual, consiguientemente, dejaría de ser tal.
Si Escocia se separa ello va a influir en Irlanda del Norte (donde, además, hay muchos unionistas que provienen de inmigrantes escoceses y que siguen hablando una variante del “scot”). Gales, por el momento, está muy entrelazada con Inglaterra a quien la unen 8 siglos de historia, caminos y leyes comunes. Sin embargo, allí supervive un nacionalismo significativo, especialmente en las zonas de mayor porcentaje de habla galesa (idioma que es hablado a diario por un quinto de sus habitantes).
Con el Reino Unido fuera de la UE, Madrid va a acrecentar sus demandas para que Gibraltar retorne a España e incluso puede amenazar con cerrar fronteras como antes lo hizo el Generalísimo Franco. En este peñón donde viven 30 mil ciudadanos bilingües y está el distrito electoral más abrumadoramente pro-UE de todo el entorno británico se va a dar mucha presión para que éste vaya adoptando un status especial que fomente sus vinculaciones con el resto de la península ibérica.
Hasta hoy la UE ha sido un garante de la unidad del Reino Unido, pero eso dejará de pasar cuando esta salga de dicho bloque, especialmente si eso se hace sin acuerdos.
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