Agosto ha comenzado sin que el nuevo primer ministro británico esté haciendo su agosto. A una semana de haber debutado en su cargo Boris Johnson acaba de sufrir su primera derrota electoral. A dos días de haber visitado Gales los conservadores perdieron una banca que tenía en el distrito de Beacon y Radnorshire (Powys, Gales) en manos de los liberal-demócratas, cuya lideresa en Gales, Jane Dodds, va a entrar por primera vez al parlamento.
Tanto los azules como los amarillos eligieron a un nuevo líder en la última semana de julio. Empero, mientras Boris Johnson debuta en su cargo con este traspié, Jo Swinson lo hace con esta victoria. Ella ahora cree que el partido suyo, cuyo símbolo es un pájaro dorado, se torna en uno que va a volar muy alto bajo su nueva gestión.
¿Cuáles son las implicancias de estas elecciones para la política británica?
1) La mayoría parlamentaria oficialista se reduce a 320 frente a 319 parlamentarios de la oposición. De todos los miembros de la cámara de los comunes que pueden votar el gobierno hoy solamente puede contar con un voto de ventaja. Dicha muy leve mayoría puede irse desvaneciéndose pronto en caso que hayan otros parlamentarios conservadores que sean cuestionados y que se den nuevas elecciones para renovar sus puestos o que se produzca esperadas deserciones en el oficialismo. Esto es grave para Boris pues puede impedirle llegar al Brexit duro o sin acuerdo que plantea e incluso a que el parlamento vote una moción de censura contra él que pueda removerlo del premierato.
2) Ha debutado con éxito la primera alianza pro-europea en una elección parlamentaria. En los comicios del primero de agosto en Beacon el Partido de Gales, los Verdes y Cambio UK decidieron no postular sus propios candidatos a fin de apoyar a los liberales demócratas por ser el partido pro-Remain (Seguir en la UE) con más posibilidades de ganar. Si esta estrategia se repite a nivel de unas elecciones generales ello podría incrementar considerablemente el número de bancas de esos partidos así como ayudar a gestar un bloque pro-Remain que logre hacer elegir parlamentarios liberales o socialdemócratas en Irlanda del Norte, donde no hay ningún representante pro-europeo en la bancada de 18 parlamentarios que tiene este país en la cámara de los comunes. Hoy los partidos abiertamente pro-europeos apenas suman entre 23 y 29 parlamentarios. Esto implica alrededor del 4% de la cámara de los comunes, mientras que en las elecciones europeas del 23 de mayo estos sumaron el 42% de los votos.
3) Esto último puede provocar que Boris acepte una alianza electoral con Farage, mediante la cual el Partido del Brexit apoyaría en buena parte de los distritos a los tories y los conservadores no presentasen candidatos en zonas tradicionalmente laboristas donde Farage pudiese ganar. Dicha táctica, no obstante, puede generar otros problemas. Boris no quiere un nuevo partido que les dispute el monopolio de la derecha dentro del parlamento, y una eventual alianza con Farage podría generar nuevas deserciones dentro de figuras y electores de peso dentro de su partido.
4) Los laboristas san sido muy golpeados en la elección de Beacon en Powys (Gales) pues perdieron 2/3 de sus anteriores votos. La estrategia de Corbyn de querer unir a votantes pro-Brexit con anti-Brexit dio sus frutos en junio 2017 al concentrarse en rechazar la austeridad. No obstante, hoy no funciona pues el electorado ha quedado polarizado en torno a la Unión Europea. De allí que es de esperar que los rojos se vayan corriendo hacia una política de pedir un nuevo referéndum para quedarse en la UE, algo que le puede quitar votos en plazas pro-Brexit del norte inglés, pero que le puede evitar ser desbordado por la alianza Remain (la misma que debería apoyarles o desvanecerse) y puede hacer que en unas siguientes elecciones generales los británicos opten entre el campo de salirse inmediatamente de la UE con Boris a la cabeza o de quedarse en la UE con Jeremy como premier.
5) Las dificultades experimentadas por Boris en su primera gira como primer ministro a todos los 4 países del Reino Unido sumado a esta derrota hacen que su gobierno no se inicie con un buen pie. Si bien los primeros sondeos indican un crecimiento en la simpatía del nuevo gobernante, la situación se le tiende a complicar. Tal como van las cosas lo más probable es que hayan pronto nuevas votaciones: ya sea elecciones generales o un nuevo referéndum.
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