Se conmemoran el quinientos aniversario de la demostración empírica de la redondez de la tierra. Hasta entonces no se había conseguido de forma tan incontestable. Los griegos del siglo VI a. C. Ya lo habían atisbado, pero no fue hasta el siglo III, también a. C. cuando la astronomía helenística determinó la esfericidad de la tierra como un dato físico.
Este concepto que ya se admitió en culturas posteriores como la romana y durante la Edad Media, se estableció definitivamente con la fehaciente demostración llevada a cabo por una expedición hispana, comandada por un marino portugués de nacimiento, pero que había adquirido la nacionalidad española, llamado Fernando de Magallanes.
La otra hazaña que se conmemora es la de los cincuenta años de la llegada del hombre a la Luna que ha supuesto un gran avance y un incomparable punto de partida para las investigaciones espaciales que, posiblemente en un futuro, puedan aportar grandes beneficios para la Humanidad. Vamos a dedicarle una parva exposición a la primera.
Fernando de Magallanes, nacido en Portugal y perteneciente a la nobleza portuguesa, convencido de que se podría abrir una ruta hacia Oriente para facilitar el comercio de las especias, le presentó su proyecto al rey portugués Manuel I de quien dicen que la palabra que más repitió en le entrevista fue NO (¿suena verdad), el cual malquistado con él por un informe desfavorable por la actuación de éste en una expedición a Marruecos, rechazó por dos veces la propuesta de Fernando para explorar nuevas rutas hacia Oriente, por lo que decidió probar suerte en España.
Caso parecido a lo que le ocurrió a Cristóbal Colón cuando le presentó su proyecto al rey portugués Juan II, y, tras ser rechazado, vino a España a buscar cobijo con los RR.CC., quienes aceptaron su proposición e hicieron posible el descubrimiento del Nuevo Mundo.
De igual manera y como se dice: “a la tercera va la vencida”, Magallanes, tras renunciar a la nacionalidad portuguesa y adquirir la española, como hemos dicho, apoyado por el cosmógrafo portugués Ruy Faleiro, así como el Obispo español Fonseca acudió a nuestro Rey Emperador Carlos, quien sí aprobó el proyecto y dio las facilidades pertinentes para llevarlo a cabo, poniendo a su disposición cinco naves: La Trinidad, S. Antonio, Concepción, Victoria y Santiago, además de una tripulación de 239, 265 o 270 hombres (los documentos no concuerdan en ello).
Recibió el nombramiento de Gobernador de las tierras que descubriese y se le concedió la veinteava parte de los beneficios eventuales que se consiguiesen con la expedición. Contrasta grandemente la apertura de miras de Carlos con la cerrazón de Manuel II, de quien se dice que prefería el oropel de la corte a los descubrimientos.
Sé que, posiblemente lo que diga a continuación me acarree acerbas críticas, sobre todo si lo lee algún portugués, pero la verdad, según los documentos de la época, es que la Corona portuguesa se desentendió y rechazó totalmente la propuesta, y es más, antes de la partida del puerto de Sevilla en 1519, hubo un fallido intento por parte de los portugueses para hacer fracasar la expedición, por lo que, hay que decirlo claro, Portugal no tuvo arte ni parte en esta portentosa hazaña.
El coste total del viaje fue sufragado por España. Los contadores de la Hacienda real, tomarían buena nota de todos y cada uno de los gastos que, con tal motivo, se realizasen, pues no salía ni un maravedí de las arcas públicas sin que fuese debidamente controlado y contabilizado.
La expedición salió y volvió a Sevilla, así que me pregunto: ¿qué tuvieron que ver los portugueses en este acontecimiento? Absolutamente nada.
Que se quiera tener la deferencia con ellos, ya que Magallanes nació en Portugal, de dejarlos participar en la conmemoración, vale, pero de ahí a que tengan algún mérito en ella, va un abismo.
En cualquier competición se tiene en cuenta los que llegan a la meta no los que salen. Magallanes no la alcanzó pues murió en la isla de Mactán en el enfrentamiento con el caudillo Lapu Lapu que el 27 de abril de 1521 atacó con 1.500 guerreros a los 49 hombre que acompañaban a Magallanes que perdió la vida en el combate.
La proeza de completar la vuelta al mundo la protagonizó Juan Sebastián el Cano, español nacido en Guetaria, arribando con la nao victoria, la única que quedaba, con 19 hombres de los 239 que salieron. Así que la gloria de la circunvalación corresponde únicamente a España.
En menos de treinta años se habían llevado a cabo las gestas más importantes de la Humanidad realizadas por y para España que en la primera mitad del siglo XVI fue la única super potencia del mundo conocido.
Por ello, no es de extrañar que sus ancestrales enemigos, Inglaterra, Francia y Holanda iniciasen su desprestigio con la Leyenda Negra.
Los beneficios que estas dos gestas aportaron al mundo occidental son inconmensurables.
El otro acontecimiento memorable, como hemos dicho, es la llegada del hombre a la Luna. Hito importantísimo para la expansión del ser humano por el Universo.
La historia, como es tan reciente, considero que no es necesario exponerla, pero sí es conveniente puntualizar que España participó en ella, más que los portugueses en la vuelta el mundo, ya que fue en Fresnedillas de la Oliva localidad madrileña en la que la NASA tiene una de las dos instalaciones establecidas en España, donde se escuchó primero la frase: “Houston, aquí Base de la Tranquilidad. El Águila ha aterrizado”, pronunciada por Neil Anstrong, medio segundo antes que en Houston.
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