A pesar de que el presente verano no está resultando especialmente caluroso, las noches son y seguirán siendo un calvario para muchas personas que pernoctan en diversas zonas de España potencialmente ‘calientes’.
El insomnio se hace patente cuando ocurre esto provocando estrés en dos de cada cinco casos tal y como informan los centros Nascia.
Y es que la falta de conciliación de sueño en noches calurosas, cuando ocurre de forma reiterada, termina con un insomnio recurrente que deriva en cuadros de estrés para quienes lo padecen. No se consigue dormir, se levanta de forma reiterada a beber agua y enciende la televisión o el teléfono lo que convierte el proceso en algo cíclico.
Los síntomas que experimentan las personas con estrés por insomnio se identifican de forma sencilla: irritabilidad, cansancio, malestar general y dolores de cabeza. La irritabilidad se asocia a un cambio de carácter por la falta de descanso de forma continuada. El cansancio surge porque el cuerpo no consigue entrar en una fase de sueño reparador mínima de 3-4 horas de forma continuada. Los dolores de cabeza son también consecuencia de la falta de descanso efectivo.
Para poder conciliar el sueño de una forma efectiva existen una serie de técnicas asociadas a la respiración. Según los centros Nascia, estas técnicas para el control de la respiración son efectivas si se combinan con acciones tales como huir de los dispositivos tecnológicos por la noche, evitar cenas copiosas y mantener una rutina horaria dentro de las posibilidades de cada persona.
Pero, retomando la vía respiratoria, los ejercicios de control de la respiración van a permitir mejorar el nivel de concentración necesario para conseguir una rápida conciliación del sueño. El secreto es ejercitar la respiración abdominal, diafragmática, concentrando en coger el aire y expulsarlo viendo cómo es la tripa la que sube y baja. Si lo hace el pecho, estaremos respirando de forma torácica y poco efectiva. Síntoma, además, de personas con cierto nivel de estrés.
Una vez que la respiración se realice de forma abdominal o diafragmática, la cadencia respiratoria debe ser de unas cuatro-cinco veces por minuto. Para ello, la técnica 4-7-8 en la que se coge aire en cuatro segundos, se mantiene durante siete y se expulsa en ocho suele ser una de las más utilizadas.
Finalmente, ducharse justo antes de meterse en la cama y tener una botella de agua fría al lado en una habitación bien ventilada o con dispositivos de ventilación son algunos de los tips que pueden ayudar junto con estos ejercicios.
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