Cuenta la hipertrofiada historiografía militar paraguaya que por estas fechas, hace exactamente ochenta y cinco años, se desarrolló una vertiginosa ofensiva paraguaya que causó alarma en Bolivia.
La guerra relámpago (del alemán Blitzkrieg), dicen los especialistas, es un ataque combinado y sorpresivo donde las fuerzas se mueven con una velocidad tal que sus adversarios son incapaces de articular una defensa efectiva.
Conversando recientemente con mi amigo Arturo Rahi, supe que el ejército paraguayo había desplegado esa estrategia durante la guerra con Bolivia, y el episodio incluso figura en la historiografía como “Avance Relámpago hacia Carandayty”, pudiendo consultarse con ese nombre en varios sitios especializados de la web. Cuenta la historia que esta maniobra se ejecutó entre el 17 de agosto y el 6 de Septiembre de 1934.
Curiosamente, con esa forma de hacer la guerra el jefe paraguayo Rafael Franco derrotaría una y otra vez a comandantes alemanes al servicio de Bolivia, quienes no pudieron contrarrestar maniobras que anticipaban la guerra relámpago luego famosa con las rápidas conquistas nazis en el frente occidental.
El 11 de Diciembre de 1933, Rafael Franco había sido el gran protagonista de la colosal victoria paraguaya en Campo Vía, donde arrebató tan grande cantidad de vehículos motorizados, que pudo mecanizar su infantería. El gran derrotado había sido precisamente el alemán Hans Kundt, que a raíz del revés fue destituido y reemplazado por jefes bolivianos. Franco fue también el artífice del “avance relámpago hacia Carandaity” y en una de las acciones de este episodio, fue derrotado un destacamento boliviano organizado y comandado por el Mayor alemán Wilhelm Brandt, autor de varios libros sobre la guerra de tanques y creador del camuflaje y las cubiertas de casco de las Waffen SS.
No era Brandt el único nazi notable inmiscuido en una guerra sudamericana, también había colaborado con las fuerzas bolivianas para la guerra con Paraguay el Teniente Coronel Ernst Rohm, quien luego sería fundador de las SA y ministro sin cartera de Adolf Hitler.
Lo cierto es que los dirigidos por tan calificados exponentes del ejército considerado inventor de la BlitzKrieg no fueron capaces de contener el vertiginoso avance de Franco hacia el oeste, luego de eludir pasando con sus hombres al este de los lugares donde los bolivianos se habían hecho fuertes, para sorprender a la retaguarda adversaria.
La acción amenazó con dividir en dos al ejército boliviano y puso en riesgo la zona petrolífera por la cual Bolivia buscaba alcanzar el río Paraguay. Fue tan evidente el peligro que el mismo presidente boliviano Salamanca debió comparecer en el frente para contrarrestar un calamitoso estado anímico. Cuando semanas después intentó repetir esta visita en circunstancias similares, acabaría destituido por sus mismos generales.
Al igual que sus expertos militares alemanes, el mismo presidente había sido víctima de la guerra relámpago que había estallado en Bolivia. LAW
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