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Aleaciones probables
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Borussia Dortmund: Weidenfeller; Piszczek, Hummels, Subotic, Schmelzer; Blaszczykowski; Bender, Gundogan, Grosskreutz; Reus, Lewandowski.
Bayern Múnich: Neuer; Lahm, Dante, Boateng, Alaba; Ribéry, Schweinsteiger, Javi Martínez, Robben; Müller, Mandzukic.
Árbitro: Nicola Rizzoli (ITA).
Datos: Final de la 58º UEFA Champions League. Estadio de Wembley (Londres). 25 de mayo de 2013. Retransmitido por TVE y Canal + Liga de Campeones.
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Roberto Carrera / Londres
Ahora ya ni a esto. El poder alemán ha saltado de la jaula económica para liderar también la parcela deportiva. Ha sido una demostración de gestión futbolística que se ha visto recompensada con una final donde, sin lugar para el reproche, han llegado los dos mejores equipos del campeonato.
A pesar del dolor que han causado en la afición española unas semifinales de trágico realismo, la mezcla perfecta entre potencia física y habilidad con la pelota que han exhibido ambos clubes infunde un sentimiento de admiración máxima para todo seguidor de este deporte.
Llega el Bayern a toda máquina, después de triturar los capítulos finales del mejor Barcelona de la historia, y marcándose una temporada difícilmente repetible. Récord de puntos en la Bundesliga, en la final de Copa y manejando la Champions con autoridad.
A pesar de las conocidas bajas de Kross y Badstuber, Heynckes tiene a su disposición a todas sus grandes figuras. De nuevo la maravillosa pesadilla de la pareja Robben – Ribéry por los extremos, la pegada arriba de Müller y Mandzukic o la seguridad de Javi Martínez y Schweinsteiger en la salida desde atrás.
Se lesiona el morbo
A ‘Kloppo’ llegar a Wembley le está saliendo más caro. La lesión muscular de Mario Götze tira abajo una de las piezas estructurales de este equipo, además de privarnos de observar al medio alemán jugando contra su futura camiseta. Las dudas sobre Hummels tienen pinta de jugada estratégica del técnico de Stuttgart. No se sabrá hasta última hora si ocupará su sitio en la defensa amarilla.
Pero el Borussia es mucho más, y lo ha demostrado en su irregular camino hacia la final, con el recuerdo de la polémica remontada ante el Málaga en los últimos minutos o la exhibición en la ida de semifinales destrozando al Madrid de Mourinho. Un equipo joven, desvergonzado, conocedor de sus limitaciones pero que sabe exprimir al máximo sus grandes recursos.
Gündogan y Bender recuperando balones, para dejar que Reus y Lewandowski compliquen a la zaga muniquesa, es una receta de suficiente garantía como para concederles un papel más importante que el de simple víctima. El polaco, además, tiene en el punto de mira los doce goles de Cristiano Ronaldo en su lucha por el pichichi. Al ganarle en asistencias, necesita sólo dos dianas para superar al jugador portugués.
Final inédita, equipos clásicos
Más de setecientas cincuenta mil peticiones de aficionados han recibido ambos clubes para vivir en directo la primera final de Champions entre dos equipos alemanes. Después del monopolio español (2000), italiano (2003) e inglés (2008), la Bundesliga reclama su protagonismo en Londres.
El Bayern aspira a su quinto título, el segundo de Heynckes, que se uniría a Ernst Happel, Hitzfeld (que ganó precisamente con Borussia y Bayern) y José Mourinho como bicampeón en dos equipos diferentes del trofeo más importante a nivel de clubes. Curiosamente, el primero lo obtuvo con la ‘séptima’ merengue, eliminando al propio Borussia en cuartos.
Los de Múnich quieren olvidar la desgraciada derrota en casa del año pasado y el traspiés de 2010, levantando por fin el trofeo en la tercera final que disputan en cuatro años.
Dortmund tuvo su momento mágico en 1997, frente a una Juventus que también partía como favorita. Si a ello le sumamos la igualdad demostrada a lo largo del año en enfrentamientos directos (dos empates en el campeonato liguero y derrota por la mínima en Copa) y lo impredecible de cualquier final, soñar con una segunda gesta está más que justificado.
Cambiando terror por fiesta
En plena celebración del 150 aniversario de la federación inglesa de fútbol (FA), el reciente asesinato de un militar en plena calle de la capital ha enrarecido el ambiente en los días previos a la gran fiesta del fútbol.
Pero la invasión de alemanes y las ganas de disfrutar del balón pronto se harán con el control de una ciudad acostumbrada a las aglomeraciones deportivas.
El italiano Nicola Rizzoli será el encargado de arbitrar una final donde el poder alemán pasará de verde papel a verde césped en un partido imprescindible. Bayern contra Borussia. Heynckes contra Klopp. Alemania contra Alemania. Nos toca disfrutar y agradecer que, al menos, no estarán en la Confederaciones.
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