El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente de FAES, José María Aznar, protagonizaron este domingo su reencuentro público en la clausura de los cursos de verano de la fundación afín al Partido Popular, donde intercambiaron algunos reproches y pusieron de manifiesto la distinta manera de pensar que tienen sobre la gestión de la crisis.
Rajoy llegó a las 11.56 horas al Campus FAES, que este año se celebra en la residencia agustina Fray Luis de León de la madrileña localidad de Guadarrama. Aznar salió a recibirle en los jardines, donde posaron para los medios de comunicación antes de iniciar una conversación informal sobre sus planes para las vacaciones de agosto.
Tras las fotografías, Rajoy y Aznar se quedaron solos durante pocos minutos, en los que el presidente del Gobierno llevó siempre la batuta de la conversación. A las 12.04, se levantaron y caminaron juntos hacia la sala en la que se imparten las conferencias. Detrás de ellos, iba la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes. Fueron apenas seis minutos de sosegada conversión, frente a los cerca de 50 minutos que estuvieron charlando en el Campus FAES de hace un año.
Este reencuentro se producía después de casi dos meses en los que Aznar ha protagonizado varias entrevistas y comparecencias públicas en las que ha cuestionado la gestión política y económica del Gobierno. Ante quien le nombró sucesor en 2004, esta vez Rajoy no dejó escapar la oportunidad para defender su tarea y las recetas que está aplicando para salir de la crisis.
Aznar abrió el turno de intervenciones con un escueto discurso en el que repasó los temas abordados durante la semana de cursos de verano de FAES. En especial, destacó la propuesta de reforma fiscal que se presentó el martes y que este domingo puso en valor ante el presidente del Gobierno con el ánimo de que asumiera las ideas que ahí se plantean.
"Hemos realizado lo que se espera de nosotros y lo que se espera de nosotros es estimular debates necesarios y constructivos y poner sobre la mesa propuestas fundadas que deben ser analizadas, que pueden ser discutidas y que en algunos casos pueden ser aprovechadas", dijo en alusión directa al jefe del Ejecutivo.
Minutos después, Rajoy defendió su propia reforma de impuestos, para la que ha encargado a un grupo de expertos que elabore de aquí a febrero del año que viene un informe detallado con propuestas. Tras el emplazamiento de Aznar para que tenga en cuenta las tesis de FAES, el presidente del Gobierno auguró que los expertos "atenderán los planteamientos" de la fundación de Aznar.
Este guiño fue el mayor gesto de acercamiento que Rajoy hizo en su intervención, dado que poco después reivindicó con contundencia el gran número de reformas que ha puesto en marcha en el último año y medio y el modo en que está gestionando la crisis. "Son reformas ambiciosas que llevaban tiempo pendientes, que son necesarias, que van a significar junto con otras una dinamización de la economía y harán de nuestro país un país preparado para competir sin complejos", dijo.
Pero el principal mensaje de Rajoy llegó justo al final y parecía claramente dirigido a Aznar por las críticas que ha vertido en público contra el Gobierno durante los dos últimos meses. "Quedan dos años y medio para el final de la legislatura y los balances se hacen cuando hay que hacerlos. No se puede hacer un balance al principio porque eso no es justo y no condude a nada", sentenció.
El jefe del Ejecutivo asumió que mucha gente le critica porque "no les gustan algunas de las decisiones que hemos tomado y no les gusta que no hayamos tomado otras". Ante un auditorio afín al Partido Popular pero en ocasiones crítico con su gestión, Rajoy aseguró que lo sabe, lo entiende y "es lógico que así sea".
"La gente quiere que los problemas se resuelvan con la mayor celeridad posible pero nadie podrá decir que el Gobierno no ha tomado decisiones y que las reformas son de un enorme calado", recalcó frente a quienes le acusan de no hacer todo lo necesario para sacar al país de la crisis.
Rajoy subrayó que las reformas adoptadas en su primer año y medio han situado a España "en la cuenta atrás de la recuperación" económica. Como ejemplo, recordó que hace justo un año la prima de riesgo había superado los 600 puntos básicos y ahora se encuentra alrededor de los 300, lo que permite concluir que la salida de la crisis "no va a ser fácil pero las bases ya están puestas" para conseguirlo.
"Estamos mejor que entonces, no podemos decir como en otros tiempos 'España va bien' pero sí que España va mejor y el rumbo es el correcto", sentenció a modo de símil con la célebre frase que acuñó Aznar cuando a finales de la década de los 90 logró grandes cifras de crecimiento y empleo.
Al finalizar, Aznar aplaudió al presidente del Gobierno y le acompañó hasta la salida, como suele hacer con todos los invitados que han pasado por el Campus FAES en la última semana. En estos siete días, el máximo responsable de la fundación también ha dejado caer en sus pequeños discursos algunos reproches velados hacia Rajoy.
El sábado, sin ir más lejos, ensalzó al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, por encontrarse entre los gobernantes que tienen "visión política", ya que considera que "en este momento, en el que la política esta denostada, es cuando más falta hace" ese perfil, frente a otros que prefieren "concentrarse en la gestión de las administraciones".
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